«Cada uno hace la guerra por separado y sin medios; hacen falta herramientas de gestión»

Hasta ahora el mundo de la contratación estaba reservado a juristas, funcionarios, técnicos y economistas. Han ido conformando un sistema con amplios espacios de mejora, como constatan los ingenieros de telecomunicaciones que se adentran al mismo.

«Hay 20.000 organismos distintos vinculados a la Plataforma estatal de contratación y se ve que cada uno hace la guerra por su lado, sin medios, cosa que algunas empresas aprovechan», explica Manuel J. García, investigador de la Universidad de Oviedo. Desde que comenzó ha ido creando distintos desarrollos que buscan limitar las ineficiencias del sistema, ayudando a los gestores pero también a policías y sindicaturas a que detecten mejor casos de colusión o acuerdos sospechosos. «No voy contra nadie, solo trato de aplicar la ciencia de los datos para ayudar a la sociedad», explica.

Una de las iniciativas que ha sacado adelante, junto a José Carlos Montes Luna, es un algoritmo que va revisando los metadatos que figuran en los pliegos técnicos de los concursos. En esos registros suele quedar reflejado quién creó el documento en cuestión, desde qué ordenador, para qué organización trabaja. Al algoritmo se lo ha instruido para localizar coincidencias entre los metadatos de los documentos que regían el concurso y la empresa que finalmente salió adjudicataria. La idea está aflorando coincidencias sospechosas.

Su primer desarrollo consistió en un «estimador» de lo que vale un encargo. Al redactar un proyecto los técnicos tiran de listados de precios que, cuando el encargo llega efectivamente a salir a concurso, pueden haber quedado ya obsoletos. «Cogimos los datos en abierto de la Plataforma de Contratación y desarrollamos un algoritmo para que aprenda del mercado real. La utilidad es que luego le das una nueva licitación y estima los precios que valen en el mercado hoy en día».

Más posibilidades. Otra de sus innovaciones permiten a la administración de turno describir el encargo que quiere hacer y, automáticamente, se le facilita un listado amplio de empresas que se dedican a ello. «Está pensado para sistemas negociados, facilitar la competencia y evitar localismos».

A García le están dando premios, llamando policías y sindicaturas para conocer sus métodos. «Que yo por mi cuenta esté descubriendo estas cosas es una prueba de que la administración necesita incorporar herramientas de gestión y supervisión», considera.