Hallan el cadáver del madrileño de 47 años al que buscaban en Somiedo

Eran las once de la mañana de ayer cuando un senderista daba la voz de alarma. Se había encontrado un cuerpo sin vida en un lugar de difícil acceso, a unos quince minutos caminando del pueblo somedano de Perlunes. Tras recibir la alerta, la Guardia Civil se desplazó a la zona donde llevaba toda la semana buscando algún indicio que permitiese dar con el paradero del madrileño David Espinosa Ferriz, de 47 años. Su pista se perdía justo en esa zona, la que los vecinos denominan La Brañueta, donde su coche, un Seat Córdoba de color azul oscuro, permanecía sin moverse desde finales de noviembre. El cuerpo fue hallado sin documentación. Tal y como recordó la Guardia Civil, esta misma semana, durante la inspección del coche del desaparecido, se había localizado una cartera que contenía sus documentos personales.

Hasta la zona se desplazaron varias patrullas de Seguridad Ciudadana y la Policía Judicial. También se activó al Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, cuyos efectivos trasladaron el cadáver hasta el pueblo de Perlunes. El acceso rodado hasta ese punto era imposible. Según indicaron algunos testigos, los agentes impidieron el acceso a la zona del pueblo desde donde parte el sendero que lleva al lugar donde se halló el cuerpo.

A las 16 horas, la autoridad judicial autorizó el levantamiento del cadáver, pero según indicaron fuentes de Instituto Armado «no es posible determinar que se trata de la misma persona que se estaba buscando». Por el momento tampoco han transcendido las circunstancias del fallecimiento del madrileño.

Su hermanastro, Davel Resino, afirmó a EL COMERCIO que la descripción del cuerpo hallado coincidía con el de Espinosa Ferriz. La Guardia Civil deberá cotejar las huellas para confirmar la identidad del cadáver. La familia del madrileño agradeció públicamente en redes sociales el apoyo recibido, confirmando que se había hallado su cuerpo en la mañana de ayer.

A lo largo de toda la semana, la Guardia Civil mantuvo un operativo desplegado en la zona para tratar de localizar a Espinosa Ferriz que, aficionado a la fotografía, solía ausentarse para disfrutar de su pasión. Padecía depresión y estaba tomando medicación. La familia no ocultó su confusión al localizar en su coche ropa de cama, así como su cámara de fotos, un móvil prepago y una tablet. De estos dos últimos dispositivos, afirmaron, no tenían constancia. Ayer su coche ya había sido retirado de la zona. Ese material fue analizado por las autoridades, que alertaron entonces de que permanecían abiertas todas las líneas de investigación.

La lluvia y el viento no dieron tregua. Se peinó palmo a palmo senderos, cabañas, cuevas y refugios. También revisaron cada rincón del pueblo somedano: sus abrevaderos, hórreos, paneras, molinos... así como edificaciones derruidas. A las batidas se sumaron los vecinos, que colaboraron y no dudaron en salir al monte con los agentes. Un rastreo que, siempre que las condiciones climatológicas lo permitieron, contó con el refuerzo del helicóptero de la Guardia Civil.