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Illa fue nombrado ministro de Sanidad el mes de enero, unas semanas antes del inicio de la pandemia. J. R. LADRA

Illa: «No contemplamos el confinamiento; si cumplimos estas medidas será suficiente»

Salvador Illa Ministro de Sanidad ·

Asegura que los toques de queda no se ampliarán por ahora y respalda la decisión de cerrar la hostelería para contener el virus

ADOLFO LORENTE Y KOLDO DOMÍNGUEZ

Domingo, 8 de noviembre 2020, 00:58

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Con más de 22.500 contagios diarios en España, Asturias en cifras de récord de la pandemia y una segunda ola aún por domar, Salvador Illa (Barcelona, 54 años) no se atreve a confesar que es «optimista», pero no se deja llevar por el abatimiento. Preguntado sobre su estado de ánimo, primero resopla y luego dispara: «Es de gran preocupación, porque estamos en un entorno inestable. Pero también tengo mucha confianza en cómo estamos haciendo las cosas. Y si las hacemos bien, no tengo ninguna duda de que doblegaremos esta segunda ola minimizando los daños», asegura en esta entrevista. Filósofo de formación, recurre a los clásicos de la política para no desvelar cuáles son los planes del Gobierno a corto plazo. Todos temen un nuevo confinamiento, pero él, tajante, asegura que esto no está sobre la mesa. Ni eso, ni ampliar los toques de queda. «No son necesarios si cumplimos las actuales medidas adecuadamente», zanja.

- El presidente del Gobierno insiste en que a los ciudadanos hay que decirles la verdad de la situación. Usted dirá...

-Esta segunda ola es distinta a la primera. La letalidad ha bajado del 12% al 1%; antes detectábamos un 10% de los casos y ahora podemos llegar al 80%; ahora se contagian personas más jóvenes; el impacto en el sistema asistencial también es menor... Todo eso es verdad, pero también lo es que la situación sigue siendo muy complicada. Estamos al inicio del invierno, cuando los virus respiratorios son mucho más contagiosos, y en un contexto de fatiga pandémica. Llevamos muchos meses así, la gente acumula un cansancio y esto nos obliga a redoblar los esfuerzos de explicación, pedagogía y transparencia.

-Varias comunidades, Asturias la primera, han pedido una base legal para ampliar los toques de queda y aprobar confinamientos domiciliarios, pero usted pide tiempo. ¿Volvemos a actuar tarde, sobre todo viendo el plan de choque de otros países europeos?

-En España estamos actuando con contundencia proporcional a la situación epidemiológica y muchas veces con carácter preventivo. Y las medidas son igual de drásticas y contundentes que las de Francia, Reino Unido o Italia. Pero si pretendemos que una restricción que se aprueba un lunes dé resultado el martes o el miércoles, nos equivocamos. Hay que ser rigurosos, esperar un tiempo e ir incrementando estas medidas si los resultados son los esperados.

-¿Y lo están siendo?

-En las comunidades en las que se ha dejado pasar este lapso de tiempo se ha empezado a ver una estabilización y un descenso de las incidencias acumuladas.

-Mañana expira el estado de alarma y entra en vigor la prórroga de seis meses. ¿Modificará el Gobierno esta semana el decreto para que los toques de queda duren más o los confinamientos domiciliarios tengan base legal?

-No lo tenemos contemplado. Las capacidades que tenemos para responder y que están en manos de las comunidades son suficientes para poder estabilizar y bajar la curva. Más que dictar nuevas medidas, hay que lograr que las que se han dictado se cumplan. Ya veremos si hacen falta más. Pero creo que si las cumplimos adecuadamente, con las que tenemos ahora es suficiente.

-Entonces, ¿no habrá novedades a corto plazo?

-Les digo con mucha sinceridad y prudencia que espero que con las medidas que se están tomando se mantenga la estabilización de los casos de estos últimos días y se reduzcan.

-Parece optimista...

-Es lo que espero. En base a los informes que me dan los expertos del ministerio, para las próximas semanas espero un marco de estabilización y descenso. Si no se produce, ya veremos lo que tenemos que hacer.

-¿Por qué no permiten a las comunidades autónomas adelantar, por ejemplo, el toque de queda a las ocho de la tarde? ¿Vuelve el 'mando único'?

-Yo prefiero hablar de restricciones de movilidad nocturna. Nuestro planteamiento es que los presidentes autonómicos, que son las autoridades delegadas, puedan flexibilizarlas entre las 22.00 y 0.00 horas, y las 5 y las 7 de la mañana. Y ese es el marco que estamos aplicando.

-Pero fue la ministra portavoz, María Jesús Montero, quien afirmó que a partir de mañana el toque de queda nacional desaparecerá y cada comunidad podrá decidir qué hacer.

-A partir de mañana cada comunidad autónoma podrá activar o desactivar las restricciones de movilidad nocturna durante los seis meses del estado de alarma. Si las mantienen, los horarios modulables deberán ser los mismos.

Críticas políticas

-En caso de tener que aprobar un confinamiento domiciliario, ¿quién lo decretará?

-La modificación del estado de alarma, evidentemente, le corresponde al Gobierno al tratarse de derechos fundamentales, pero no estamos en ese escenario. Insisto, no quiero poner el acento en qué haremos si las cosas no salen bien, sino en que las cosas van a salir bien si las hacemos correctamente. Y están saliendo bien en varias partes de nuestro país.

-Sánchez sufrió un enorme desgaste político en la gestión del primer estado de alarma y ahora ha trasladado toda la presión de la gestión a las comunidades autónomas. ¿Cuánto de 'vendetta' hay en esta actitud?

-No hay nada, aquí no hay cálculo político de ningún tipo. En marzo entendimos que teníamos que acumular decisiones de una forma excepcional por la rapidez que requería el momento. Y ahora entendemos que estamos ya mucho más preparados y que también, por el distinto comportamiento territorial que tiene la pandemia en nuestro país, podemos adaptar nuestra respuesta conforme a su naturaleza. Me llama mucho la atención que para algunos, cuando tenemos mando único lo hacemos mal y cuando no lo tenemos también, porque lo que quieren es tenerlo ellos. Y ahí lo dejo.

-¿Por qué fue usted y no el presidente Sánchez quien defendió en el Congreso la prórroga de seis meses del estado de alarma? Es la medida de excepcionalidad más importante de la historia democrática.

-El presidente del Gobierno ha comparecido más que ningún otro ante el Congreso. Durante el primer estado de alarma lo hizo cada 15 días cuando otros países lo habían decretado para un periodo más largo. Quisimos hacer un debate estrictamente sanitario y nos pareció que quien lo debía defender era el titular de Sanidad. Porque quiero recordar que la crisis es sanitaria.

-Pero también lo es en el resto de Europa y salen Merkel, Macron, Conte, Johnson...

-El presidente también fue quien anunció las medidas a la ciudadanía y, luego, el debate que hubo en el Congreso se sustanció de esta forma. Pero es algo objetivo que el presidente ha comparecido en numerosas ocasiones, lo va a volver a hacer y se ha reunido otras muchas con los presidentes autonómicos.

Transporte público

-Euskadi apuesta ahora por el cierre total de la hostelería. Otras comunidades recurrieron a esta medida semanas atrás. Según sus datos, ¿funciona?

-Es una medida muy drástica que yo apoyo. Favorece tanto la reducción de la movilidad como de los contactos. Los bares y restaurantes son espacios cerrados, a veces no suficientemente ventilados, donde se dan entornos de confianza y cotidianidad con las personas con las que estamos y, sin darse cuenta, uno relaja las medidas de protección y se producen contagios.

-¿Pero es efectiva?

-Es una medida que, según la experiencia de otras comunidades y países, tiene efectos positivos. Pero cerrar solo los bares no lo soluciona todo. Es el conjunto de medidas lo que produce los efectos. Eso sí, si se cumplen eficazmente, por eso hago un llamamiento a que la gente respete las decisiones que tomen las autoridades sanitarias.

-¿Tienen datos que soporten la decisión de clausurar la hostelería? ¿Se producen focos en bares y restaurantes?

-Tenemos bastantes datos de trazabilidad de casos y en estos entornos se dan. Además, en este momento del año la mayor parte de consumiciones se produce en el interior de los locales y eso supone un incremento de contagios importante. Por lo tanto, es una medida prudente y acertada.

-Pero los hosteleros no son los responsables de las malas conductas y sí los que pagan las consecuencias.

-Entiendo su situación y su decepción. En agosto nosotros ordenamos cerrar el ocio nocturno. Claro que es una mala noticia para los propietarios y trabajadores. Pero entonces vimos que el ocio nocturno generaba muchos brotes y había que cortarlo. Los cierres deberán ir acompañados de las medidas compensatorias que tenga que haber para ayudar a estos sectores. Pero esta pandemia es así y no puedo decir otra cosa.

-El mismo argumento -lugares cerrados y aglomeraciones- se podría aplicar al transporte público.

-No se han detectado brotes específicos originados en el metro, trenes, aviones... El tiempo de estancia en el transporte público es normalmente bajo, las aglomeraciones se producen durante un espacio de tiempo corto, con mucha entrada y salida de gente. No se está dos horas. Además, la gente va siempre con mascarilla, no se la quita, no come...

-Si el cierre de la hostelería es tan necesario, ¿por qué no se adopta en el conjunto del país?

-Porque, por ejemplo, en Canarias no hace falta. Tienen 70 casos por 100.000 habitantes. Y porque el comportamiento del virus es distinto en función del territorio, de la densidad de población, de los patrones sociológicos y de movilidad... Y porque somos un Estado compuesto y las competencias en sanidad y salud pública son de las comunidades autónomas. Y es lo mejor para responder a la situación actual.

- Pero según ese argumento, sí que deberían poder marcar un toque de queda propio. ¿No es una incongruencia?

-No, en absoluto. Todo lo que afecte a derechos fundamentales de los ciudadanos tiene que tener unas medidas de supervisión muy estrictas del Legislativo. Así lo marca la Constitución. Y unos mecanismos de rendición de cuentas. En cambio, si son medidas que se adoptan en el marco de la legislación ordinaria, de la ley de Salud Pública de 1986, tienen que ser los tribunales los que ratifiquen esta limitación.

Futuro incierto

-¿Cómo será la Navidad?

-Distinta a la de años anteriores. Tendremos que convivir con el virus y, por tanto, deberemos seguir tomando las medidas de precaución necesarias. Si hay que adoptar algunas específicas para esas fechas, lo discutiremos entre todos.

-Así que no se relajarán las restricciones.

-Los planteamientos de 'voy a ser muy estricto dos semanas para luego olvidarme y ser como antes' no funcionan. No. Bajar los contagios para que luego vuelvan a subir no es una opción. Lo que tenemos que hacer es aprender a convivir con este virus seis meses. No hay otro camino, no hay atajos, no hay soluciones mágicas.

-La clave para aguantar esta segunda ola son las UCI. Es verdad que hay muchas más que en la primera ola, pero de nada sirven si no disponen de personal para atenderlas. ¿Les preocupa esta situación?

-Hay preocupación y actuación. Es sencillo comprar respiradores y camas, y aumentar la capacidad física de un hospital, pero un buen profesional no se forma en un mes. Es una de las lecciones de la pandemia: hace falta reforzar el sistema nacional de salud, que hay que destacar que ha reaccionado razonablemente bien ante la pandemia. Los profesionales sanitarios han tenido un comportamiento ejemplar.

Puede leer la entrevista completa en la edición de papel y en Kiosko y Más

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