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Incendio desatado en lo alto de Piedrafita y Braña Foz, en el concejo de Aller. J. C. I.

Los incendios forestales se reactivan en Asturias: «No vamos a poder estar tranquilos hasta que llueva fuerte»

Nuevo despliegue de los Bomberos del SEPA y las Brigadas Forestales para contener los fuegos desatados en los montes de Somiedo, Ponga y Aller

Domingo, 7 de septiembre 2025, 20:57

«Hasta que no llueva fuerte, no vamos a poder estar tranquilos con el tema de los incendios en Asturias». Al alcalde de Somiedo, Belarmino Fernández, no le falta razón y prueba de ello es que el fuego volvía a la zona de la Rebollada y Villar de Vildas. Un fuego que se daba por controlado hace un par de semanas tras arrasar el Valle de las Cerezales y llegar incluso a comprometer algunas viviendas. Las llamas resurgían ayer «muy posiblemente por el viento, que arrastró alguna brasa».

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Abundaba en ello Juan Carlos González, ganadero de Villar de Vildas: «Lo más probable es que se haya vuelto a prender algún tronco, porque el suelo esté todavía muy caliente de los recientes incendios y tenemos un viento intenso del suroeste. La cuestión es que es hoy (por ayer) nos hemos encontrado con que hay fuego de nuevo en el monte». En esta ocasión, no obstante, los vecinos confiaban en que «la situación se suavice enseguida», sin llegar a los extremos del pasado mes de agosto.

«Es el mismo incendio, el que nos entró desde Orallo, en León, y comunicaba con el de Genestoso, en Cangas del Narcea. Hasta que no llueva bien, el peligro está ahí. Pero esta vez las llamas están lejos de las casas», precisaba Belarmino Fernández, que no veía el momento de que se cumpliesen las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para Asturias y lloviese «en condiciones, por fin».

Los vecinos de Somiedo no eran los únicos que miraban al cielo ante el avance de las llamas hacia la braña de Vildeo. También se registraron incendios en los concejos de Aller y de Ponga, que obligaron a desplegar nuevamente en los montes asturianos a los Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA) y a las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (Brif). «Por lo menos ya paró de soplar el aire», comentaba con cierto alivio Juan Carlos Iglesias, alcalde de Aller.

Las rachas de ciento, un agravante

El viento, con rachas de 50 kilómetros por hora en la Cordillera, impidió en un primer momento que los helicópteros del SEPA pudieran intervenir en las labores de extinción. En Somiedo, donde también se apreciaban penachos de humo –más densos que estos días atrás– en los terrenos que ardieron en agosto en la zona de Perlunes, Gúa y Caunedo, los vecinos colaboraron con tractores y cubas de agua para frenar el avance de las llamas. En Ponga, hubo tres incendios: dos, en los montes cercanos a Carangas, y otro de menor dimensión en las estribaciones del pico Tiatordos. Y en el concejo de Aller, el fuego comenzaba a las tres de la tarde del sábado en el entorno de Llananzanes.

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Los Bomberos con base en el parque de Mieres fueron los primeros en intervenir y la Brif de Tineo se unía al operativo. Aunque el lugar donde estaba localizado el incendio es de muy difícil acceso, a media tarde, el alcalde recibía la noticia de que ya se encontraba bajo control. Aun así, las llamas seguían viéndose en lo alto de Río Aller, Piedrafita y Braña Foz, debido a que se trata de un incendio con varios focos y un amplio perímetro, que sigue presentando gran intensidad en la ladera situada en la provincia de León.

En cualquier caso, «las llamas se encuentran a más de dos horas andando de Llananzanes», puntualizaba Juan Carlos Iglesias para infundir tranquilidad. Este núcleo rural se encuentra muy cerca del pueblo de Casomera, donde este fin de semana «se produjo un conato de incendio, que los propios vecinos consiguieron apagar» antes de que las llamas fuesen a más.

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Advertencia en las autopistas de «riesgo extremo de incendio»

En lo que respecta a Ponga, el fuego más aparente es el situado en la falda del Tiatordos, que, aunque de escasa entidad por el momento y controlado por los equipos de extinción, se puede ver desde la capital del concejo. En cambio, el más grave por sus efectos está teniendo lugar –desde el miércoles pasado– en la zona de Carangas, ha prendido tanto bosque como praderías secas y monte bajo. La mayor preocupación de la alcaldesa, Marta Alonso, «era que el fuego pudiese llegar a las casas». Pero la actuación de los Bomberos y las brigadas forestales lograron contener ese riesgo «desde el primer momento».

Según cuenta la regidora de Ponga, los equipos de extinción «se han quedado trabajando toda la noche, y les han dado el relevo». Por el momento, éste es el incendio, de los que actualmente están activos en Asturias, que ha causado un mayor impacto: «A un ganadero se le han quemado todas sus reservas de paja», apuntó Marta Alonso. Esto, unido a que los pastos altos se encuentran este verano completamente agostados, supone un grave problema para los profesionales del campo.

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Esta es la situación tres días después de que el consejero de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias diese paso a la fase de 'situación 0' del Plan de Incendios Forestales del Principado (INFOPA). Aunque las circunstancias no parecen tan críticas como en el mes de agosto, los paneles de algunas carreteras de la región advertían ayer de un «riesgo extremo de incendios» y la práctica totalidad de los concejos asturianos presentaban un índice «alto». Y en el caso concreto de Belmonte, Cangas del Narcea, Somiedo, Degaña e Ibias, este indicador era de color naranja y, por tanto, «muy alto».

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