Juntos por un futuro para la antigua Fábrica de Armas de La Vega

La Fábrica de Armas de La Vega está amenaza en la actualidad por varios motivos. De una lado, el paso de tiempo, que juega en contra de un valioso patrimonio industrial. Del otro, la desidia de las distintas administraciones, hasta el extremo de plantear destruirla atravesando la nave de cañones de Sánchez del Río con una autopista, o la renuncia expresa del gobierno bipartito a recuperar estos terrenos para la ciudad. La Vega es de Oviedo, es patrimonio de todos los ovetenses y la obligación de los representantes municipales es recuperarla para construir una ciudad mejor, para ofrecer una oportunidad a las generaciones futuras.

La Vega en un conjunto industrial único en España, por su valor patrimonial y por su ubicación inmejorable respecto a la ciudad. Su protección y puesta en valor, en sintonía con el proyecto de creación de un corredor verde de más de dos kilómetros en el Bulevar de Santuyano, así como la protección del Patrimonio de la Humanidad de la Iglesia de Santuyano, es, sin duda, la principal actuación urbanística a la que se enfrenta la capital de Asturias en este siglo.

El estado de abandono en el que han quedado los terrenos y edificios del viejo HUCA, de titularidad autonómica pero situados en la capital y afectando de manera grave a su tejido económico y social, la incapacidad para recuperar de manera digna el patrimonio Prerrománico y La Fábrica de Armas, cuyo valor patrimonial aún no ha sido reconocido, así como la grave interferencia en el diseño de la nueva entrada a Oviedo por el Bulevar de Santuyano son solo algunos ejemplos relevantes de la descoordinación y dejadez respecto a Oviedo.

«Es necesario realizar una apuesta seria y ambiciosa para la recuperación de los terrenos de la Fábrica de Armas», explican los responsables de Somos Oviedo/Uviéu. Una que tarea que debe llevarse a cabo, dicen, «sin autopistas que destruyan el patrimonio, sin ideas peregrinas y sin renuncias a la titularidad de los terrenos, conformándonos con una pequeña parte que supone diez veces menos espacio que el del recinto de la Feria de Muestras de Gijón». La recuperación, explican, debería combinar una apuesta por la industria, las nuevas tecnologías, el ocio y la cultura. «Conformarse con 20.000 metros cuadrados y condenar los 100.000 metros restantes a la piqueta y la especulación es, además de una negligencia, un desprecio a Oviedo. La hoja de ruta que habíamos dejado marcada es la misma que plantean los expertos: estudiar y catalogar el conjunto industrial, estudiar los usos posibles para cada elemento y rehabilitar el conjunto. Sin embargo, el bipartito solo está pensando en cómo trocearla y repartir los dividendos», añaden desde Somos.

La ejecución del proyecto del Bulevar de Santuyano paralizado ahora por el gobierno bipartito, suponía, además de la creación de mil empleos directos, la primera piedra para recuperar para la ciudadanía todo el entorno de La Vega. Más de 10,3 millones de euros de fondos europeos están en juego, a la espera de ser invertidos en Oviedo. A nadie se le escapa que en tiempos de pandemia y crisis sanitaria como la actual derivada de la Covid-19, las ciudades precisan espacios verdes y amplios en los que la ciudadanía pueda realizar actividades cotidianas de ocio y esparcimiento al aire libre, respetando sin agobios las distancias recomendadas de seguridad. «Cualquier ciudad pelearía por tener una oportunidad como la que tiene Oviedo con el Bulevar, con un proyecto redactado y financiación para ejecutarlo, solo falta la voluntad política para llevarlo a cabo, dejar de un lado el sectarismo y actuar pensando en el interés general», reclaman desde Somos Oviedo.

Iniciativas ciudadanas como la Plataforma de Defensa de La Vega son señal de la sensibilidad de los vecinos y vecinas de Oviedo con su patrimonio, conscientes de que un tesoro tan valioso sigue deteriorándose, por lo que es necesario actuar de manera urgente. También desde Somos Oviedo apuestan por no repetir errores del pasado que no tienen vuelta atrás: «En el pasado hemos cometido innumerables errores, como la tala del Carbayón, el derribo del acueducto, o la destrucción de la estación de ferrocarril del Vasco. No puede volver a pasar»