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Lágrimas y mucho cariño en el adiós a un «gran paisano»
Una multitud acudió al Consistorio de Mieres para rendir tributo a la figura de Aníbal Vázquez
La política asturiana se unió para despedir a quien fuera alcalde de Mieres durante doce años, Aníbal Vázquez, fallecido el pasado domingo. Toda la ciudad está llena de crespones negros en recuerdo de su alcalde y el Ayuntamiento acoge una capilla ardiente en la que las muestras de cariño y las lágrimas están presentes cada segundo. Todos quienes por allí pasaron para dar el pésame a la familia y un último adiós a Aníbal Vázquez (Izquierda Unida) coincidían en un mismo mensaje: «Se ha ido el mejor alcalde». Y recordaban su calidad humana, su vertiente más social. Esos valores que hicieron que sus vecinos le apreciaran como uno más y los políticos, incluso de formaciones rivales, le profesaran un gran respeto.
En su despedida, la reacción de vecinos y compañeros de la política ha dejado claro que sí, que quienes le conocieron supieron valor su esfuerzo.
Era imposible contar las coronas y ramos de flores que llegaban al Consistorio mierense y para sus familiares resultaba incluso complicado atender a los mensajes de pésame que llegan desde todos los ámbitos. Todo ello unido por un denominador común: el cariño que Asturias profesaba a un alcalde que supo defender a su pueblo, respetando a todos y entendiendo otras posturas.
Entre quienes acudieron ayer al velatorio, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, quien recordaba con cariño los años de trabajo compartido. Como presidente, trasladó el «dolor de todo el Gobierno» y como amigo llegó a romperse: «Nos conocimos como alcaldes, yo lo quiero mucho. Era íntegro, de profundos valores de izquierdas, pero que entendía el respeto al que piensa diferente». «Los dos militábamos en la justicia a las cuencas mineras que tanto amamos y queremos. Ya lo echamos de menos», añadió.
También acudió al Consistorio mierense, Álvaro Queipo, presidente del PP asturiano. «Venimos a acompañar a todos los mierenses en la despedida a una persona que traspasaba cualquier barrera ideológica, era la personificación de lo que conocemos como un gran paisano, con todo lo que ello significa».
Numerosos miembros del Gobierno asturiano, la mayoría de los alcaldes de los concejos mineros y concejales, y otros regidores, como el ovetense Alfredo Canteli, tampoco faltaron a dar un último adiós. Canteli indicaba que por encima de disputas políticas «se va una persona muy amiga mía, un gran alcalde». No faltaron líderes sindicales y representantes de asociaciones culturales, musicales y deportivas. Todos ellos incidían en que «Aníbal siempre nos apoyaba»
El padre Ángel, con quien compartía su voluntad de defender a los más débiles, no pudo acudir ayer a Mieres. Pero recordaba a «mi alcalde» con mucho cariño. Habían coincidido en julio, en La Rebollada, el pueblo natal del padre Ángel. «Allí me dijo, 'padre Ángel, reza por mí'». «Ha sido un ejemplo de diálogo», destacó el fundador de Mensajeros por la Paz.
También desde el ámbito de la Justicia se lloraba ayer al alcalde. Jesús María Chamorro, presidente del Tribunal de Justicia de Asturias, comentaba a la salida del Consistorio que «teníamos buena relación, siempre demostró mucha lealtad tanto institucional como personal». «Aníbal se hacia querer fácilmente por todo el mundo, estoy muy consternado», añadía.
En lo deportivo se dice adiós a un gran sportinguista, uno de los fundadores de la peña rojiblanca mierense. Y habitual también de El Molinón. Por eso no podía faltar ayer una representación del Sporting, con Joaquín Alonso, responsable de Relaciones Institucionales de la entidad rojiblanca. «Era un aficionado muy especial para la familia de Sporting. Se va un amigo, siempre dispuesto hacia el club y hacia la gente que estamos dentro. Se nos va alguien muy cercano», indicó en un velatorio por el que no dejaron de pasar durante toda la jornada amigos, vecinos y representantes de todas las instituciones.