La Ley de Calidad Ambiental pone en peligro la continuidad del acuerdo político entre PSOE e IU

De fondo, el proyecto de Ley de Calidad Ambiental de Asturias que promueve el Gobierno socialista y que, entre otras cuestiones, busca reducir la carga burocrática para agilizar la tramitación de licencias medioambientales. Una ley que se ha topado con la oposición tanto de Podemos como de IU, quienes acusan al PSOE de dejarse «contaminar» por los intereses de lobbies empresariales y de usar al grupo parlamentario de Ciudadanos como «correa de transmisión».

Noticia Relacionada

Barbón ve «muy muy difícil» aprobar un presupuesto para 2023

El debate de ayer en la Junta General a tres bandas ya evidencia que la citada ley se ha convertido en arma arrojadiza para la precampaña electoral. De un lado, IU acusando directamente al Principado de estar rompiendo el acuerdo de investidura e instando al Ejecutivo regional a renunciar a esta ley. Del otro, el número dos del Gobierno, Juan Cofiño, recriminando a la coalición que trate de imponer «líneas rojas» y afeándole que se esté «subiendo a la montaña» dejándose influir por Podemos. Y, por el medio, la formación morada echando más leña al fuego y reprochando al Gobierno regional que utilice esta ley para tratar de arañar votos entre el electorado de la derecha con el objeto de «minimizar el efecto Feijóo».

Tanto la diputada de Podemos Nuria Rodríguez, como el coordinador autonómico de IU y diputado en la Junta, Ovidio Zapico, recriminaron al Ejecutivo socialista que hubiera despreciado al movimiento ecologista asturiano en la tramitación de esta ley y se hubiera limitado a escuchar a los grupos empresariales. Ambos grupos piden al Principado que renuncie a esta ley por «regresiva» y desde IU ofrecen a cambio un pacto presupuestario «progresista» e, incluso, iniciar las oportunas negociaciones «partiendo de la abstención».

El vicepresidente del Principado dejó claro en su respuesta que para el Gobierno regional el medio ambiente «es cosa de todos» y no exclusivamente de los grupos ecologistas. Un colectivo al que, además, afeó que no hubiera participado en los procesos de información pública establecidos para la tramitación de la citada ley, pero que, en cambio, mostrara su rechazo a través de un encuentro mediático que el consejero calificó de «postureo». Por contra, reconoció que agrupaciones como la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) o las cámaras de comercio sí participaron en el proceso, si bien negó que estos colectivos representen a lobbies empresariales y advirtió a Zapico de que le preocuparía su «salud democrática» si así lo considerara. En todo caso, el vicepresidente dijo no dar por roto ningún acuerdo de investidura y atribuyó las manifestaciones de IU a una «realidad imaginaria» fruto de un proceso de «galanteo, noviazgo, cortejo» con Podemos, por lo que le invitó a «mirar más hacia la izquierda legitimada por 20 diputados», en referencia al PSOE.