La llegada de extranjeros no es capaz de compensar la sangría demográfica en Asturias

La depresión demográfica asturiana conoce un nuevo límite. El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó sus cálculos provisionales sobre la población del país a fecha de 1 de julio, atribuyendo al Principado 1.027.624 residentes, una cifra desconocida desde la década de los 60. Suponen 3.243 menos que el semestre anterior, un recorte del 0,32% en términos porcentuales. Junto a Castilla y León, es el mayor paso atrás dado entre las comunidades autónomas en una primera mitad de año en la que la atracción que despiertan Baleares, Madrid, Canarias y Cataluña acaba imponiéndose. España en su conjunto ganó poco más de 100.000 vecinos por un dinamismo del que queda ajeno el noroeste, las dos castillas, Extremadura y Andalucía.

Para Asturias supone su decimoséptimo semestre consecutivo recortando población. La comunidad sumaba así este 1 de julio 52.722 almas menos que cuando recibió el año 2010. En estos ochos años y medio entre fallecimientos y emigraciones acumula unas pérdidas similares a las que supondría desgajarse de golpe el cuarto concejo más poblado, Siero, que anda por debajo de los 52.000 vecinos según las últimas estadísticas.

El ritmo empeora

El nuevo informe del INE sugiere un agravamiento del talón de Aquiles de la región, toda vez que en el semestre anterior el recorte había sido de 2.329 vecinos. Es decir, 2018 arrancó incrementando en un 39,2% el ritmo al que se desploma la demografía asturiana.

La sangría no actúa de forma igual con los distintos grupos de población. Asturias pierde sobre todo jóvenes en edad de estudiar y trabajar, y sigue ganando población en edad de jubilación, lo que implica por definición un mayor consumo de recursos sanitarios. En concreto, en el primer semestre del año el Principado restó 2.994 habitantes de menos de 31 años, y otros 2.242 en el escalón siguiente, es decir, entre 31 y 60 años. En el estrato de los veteranos, los que ya han cumplido más de 61 años, ocurre todo lo contrario; pese a las defunciones, Asturias contaba el 1 de junio con 1.990 habitantes más en esa franja que cuando empezó el año.

El único consuelo llega del saldo migratorio con el exterior; la diferencia entre quienes marcharon a otros países y los que vinieron de ellos arroja un balance a favor del Principado de 1.035 habitantes. Es una ganancia, pero insuficiente para compensar el saldo vegetativo, toda vez que en Asturias se enterraron en el primer semestre a 4.169 asturianos más de los que nacieron.

La emigración se asocia al crecimiento económico, en cuanto a que es éste el que más atrae población foránea. En esa clave hay que leer que Asturias, pese a las aportaciones, sigue como la segunda comunidad con menos población nacida en otro país, un 7,4% de su censo en un país donde lo corriente es que los foráneos representen el 13,5%.

Sudamérica es el continente que más hizo en el último semestre por la demografía regional, elevando en 822 vecinos su comunidad en Asturias, que se sitúa en 27.652 ciudadanos de origen latino. Es una población que pasa a la del séptimo concejo más habitado de la región.