Una lucha constante por lograr y dinamizar el campus de Barredo
M. VARELA
MIERES.
Lunes, 13 de noviembre 2023, 01:15
Aníbal Vázquez solía decir que «de las cosas buenas que te pueden pasar en la vida, una es ser alcalde de Mieres». Lo consideraba un honor y un privilegio, pero sobre todo una gran responsabilidad.
Se enorgullecía de que sus vecinos confiasen en él para administrarlos, pero eso le acarreaba a la vez una gran responsabilidad que nunca esquivó. Plantó cara al desbarajuste económico de los casi siete primeros años como regidor, hasta que logró estabilizar las cuentas.
Y llegaron las inversiones, y su pelea constante por mejorar el municipio. Su espina, el campus universitario de Mieres, lucho como nadie por impulsarlo, y logro avances pero nunca quedó satisfecho. Quería más para Barredo. Sensato y juicioso, para él Mieres y su futuro era lo más importante
Aníbal Vázquez era ante todo sensible hacia la condición humana y sus problemas. No podía con las injusticias y sufría cuando sabía que la gente lo estaba pasando mal. Era feliz caminando por las calles mierenses, aunque en la mayoría de las ocasiones le resultaba imposible. ¿Por que? Porque sus vecinos se acercaban a preguntare cualquier cosa. Y él atendía a todos. Era su toma de contacto con la realidad de su concejo, se preocupaba por intentar dar solución a todo. Y si no era posible, en explicar por qué no podía hacerse.
Le gustaba, y mucho, hablar con la gente. Sabía conversar, e incluso discutir, pero sobre todo era un gran oyente. Y todo esto tenía su recompensa: el cariño y afecto que recibía de sus vecinos, porque a Aníbal muchos le votaban sólo porque era Aníbal.
Su carácter afable y su sonrisa eran su cautivadora carta de presentación, que nada más hablar con él apenas unos minutos se crecían con una conversación sabía que sin quererlo él, llenaba a su interlocutor de experiencias e ilustrados consejos.