«No vamos a poner cordones sanitarios a ningún partido»
El legislador de la formación naranja cree que Adrián Barbón «está faltando a los votantes de Vox en Castilla y León»
Manuel Cifuentes (Gijón, 1968) reconoce que «no es lo habitual» que el número 10 entre en la Junta tras haber obtenido cinco diputado, pero que ... es un privilegio poder hacerlo.
–Desde que está en la Junta, ¿se han reunido los cinco diputados del grupo parlamentario?
–Esa información forma parte de un expediente interno del partido que está abierto.
–Pero, ¿en algún momento han coincidido los cinco en un mismo espacio?
–Como te digo, no voy a hacer comentarios sobre eso.
–Entonces tampoco me puede decir si en el grupo parlamentario hay procesos deliberativos...
–Yo no tengo problema para desarrollar mi trabajo. No puedo opinar por los compañeros.
–¿A alguno no se le escucha la voz dentro del grupo?
–Desde luego, a mi si.
–¿Y al resto?
–No lo sé. Pregúntelo a ellos.
–¿Tiene trato con Armando Fernández Bartolomé?
–Sí.
–¿Sobre qué asuntos?
–Cuanto el trabajo nos hace coincidir, como el otro día en la Comisión de Derechos Sociales.
Han pasado unos meses de las presupuestos para 2022 a los que dieron su apoyo, ¿siguen cómodos con la decisión?
Sí. Yo no participé en esas negociaciones, pero el convencimiento es que se hizo lo que había que hacer. Es la manera más fácil de hacer política útil, que es lo que queremos hacer nosotros: mejorar la vida de los ciudadanos. Esto pasa por arrancar compromisos al Gobierno. Ahora nos toca estar vigilantes.
–Adrián Barbón ha deslizado la posibilidad de acometer una modificación presupuestaria, ¿lo ven necesario?
–Las circunstancias son excepcionales. Habrá que ver la forma de abordarlas. Una es con los presupuestos. Se ha producido algún primer avance en reuniones con los grupos que apoyamos las cuentas. La forma en la que los ciudadanos notan las medidas es aplicando los presupuestos.
–¿Apuestan por algo similar al fondo covid?
–Es una de las posibilidades, pero cuando se habla de crear un fondo, hay que ver también de dónde sale. Esa será la base de las negociaciones.
–¿Necesario o no?
–El tema de los fondos siempre que vaya destinado a medidas eficaces es positivo. Pero tampoco hay que abusar por abusar porque si no va a ser eficaz y lo vas a retirar de otras partidas que estaban negociadas, entonces no creo que sea buena idea.
–¿Se da cuenta de que me ha respondido una cosa y la contraria?
–No hemos tomado una decisión. Estamos en una fase muy inicial de negociaciones.
–¿Entiende las intervenciones en asturiano en la Junta?
–Más o menos sí. Casi todo.
–Se puede seguir el ritmo...
–Yo sí. A veces tengo que hacer un poco de esfuerzo porque según qué casos no se hace de una forma de hablar que sea natural. El asturiano que se nos impone es artificial, y cuando se emplea el institucional de la Academia de la Llingua puede resultar difícil de entender. Yo me apaño, pero no es el asturiano que hablamos en casa.
¿Entiende los problemas en los Plenos?
Yo lo entiendo porque vengo de una familia donde mis abuelos eran del campo. Mi abuelo paterno era bablista y escribía monólogos en bable que fueron publicados. Y así era como se hablaba en casa. En mi casa se hablaba asturiano y yo me defiendo, pero no todo el mundo tiene que estar en esa situación.
–¿Celebró cuando las negociaciones por la reforma del Estatuto se fueron al traste?
–Tanto como celebrar… Estoy convencido de mi posición a pesar de mis orígenes. No se dan las circunstancias ni se da el idioma para hacerlo oficial. Pero no es para celebrar porque el espectáculo fue bastante bochornoso.
Si lo que se hubiera hablado es de introducir la figura del decreto-ley, ¿apoyarían esa reforma en el Estatuto?
En Ciudadanos no nos cerramos a una negociación sobre una reforma del Estatuto. Dentro de ella deberían de participar todos los grupos parlamentarios porque es la norma suprema de todos los asturianos, y tienen que estar representados todos los asturianos y no dejar fuera a nadie, ni a miles de votantes que estén detrás por mucho que ideológicamente no estemos de acuerdo con algunos partidos. A partir de ahí todo se puede hablar. Son cosas muy concretas. A veces, si se legisla por decreto se pueden cosas que no son objeto del mismo por la puerta de atrás. Es verdad que luego tiene que ser refrendado por el parlamento. Yo en principio no lo veo mal en una negociación seria y consensuada con todas las fuerzas parlamentarias.
–¿El liderazgo de Feijóo se ha traducido en un cambio de tono del PP en la Junta?
–Solo ha pasado un Pleno. En principio no, pero es que tampoco hubo tiempo.
–¿Será más fácil entenderse?
–¿Entre quién?
–Entre ustedes y el PP.
–Se me escapa. No creo que hayamos tenido mal entendimiento hasta ahora en esta legislatura. Tampoco que vaya a mejorar o empeorar por el cambio de liderazgo.
–Si se dieran los números, ¿investirían antes a un gobierno del PSOE o del PP?
–Eso es imposible de decir por anticipado. Dependerá de los programas, y de medidas que mejoren la vida de los ciudadanos.
–Si el PP se apoyase en Vox, ¿sostendrían ese gobierno con sus votos?
–Quizá yo no sea el más indicado para responder a esa pregunta. Habría que ver el programa de Gobierno. No somos tanto de hacer cordones como de respetar a los asturianos, y ahí están los miles que votaron a Vox, al PP, Podemos, IU y el PSOE.
–No lo descarta pues.
–No vamos a poner cordones a ningún partido que tenga representación en el parlamento.
–Siguiendo su argumento, ¿ve mal si el gobierno asturiano no se sienta con consejeros de Vox de Castilla y León como baraja Adrián Barbón?
–Se olvida que es el presidente de todos los asturianos y tiene que tenerles en cuenta a todos. Eso incluye a todas las fuerzas políticas. Además está faltando a los votantes de Vox en Castilla y León. No se puede cerrar la puerta a mejorar Asturias hablando con quien haga falta.
¿Cuáles son las prioridades que se marca Ciudadanos de aquí al final de la legislatura?
Hemos conseguido una serie de compromisos de la negociación presupuestaria. Ahora nuestro deber es vigilar y controlar para que esos compromisos se lleven a cabo. En otoño habrá otra negociación presupuestaria. Veremos la voluntad del Gobierno de sacarla adelante contando con otros grupos. De todas formas, hay que tener en cuenta que, en los años electorales, los gobiernos suelen haber otras prioridades.
–¿Repetirá en 2023?
–No me planteo nada, y sigo teniendo mi bufete. Ahora quiero aprovechar esta oportunidad, que es un privilegio, de mejorar la vida de los asturianos.
–Si le dan a elegir, ¿la Junta o el Ayuntamiento de Gijón?
–En Gijón ahora tenemos a la peor alcaldesa de la democracia. Espero que sea la candidata porque es la mejor manera de que otros tengan la oportunidad de gobernar Gijón.
–¿Por ejemplo usted?
–¡Quién sabe! Pero no me veo. Ni pienso en las elecciones del año que viene.
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