María Cotiello: «En Oviñana tengo mis Maldivas particulares»

La actriz María Cotiello desvela que este verano no piensa irse muy lejos porque lo que necesita para disfrutarlo está bien a mano. «Somos unos afortunados, tenemos una casa con finca en Oviñana y una playina al lado en la que no hay que pelearse por un sitio, así que estamos en el mejor sitio para pasarlo aquí», explica. Se siente cómoda al aire de esta parroquia de Cudillero y el de toda la costa del occidente, donde siempre «me gustó más tirar» y sigue haciéndolo hacia enclaves como el de Cueva, en Valdés. No será, en todo caso, un verano sedentario: «Tenemos una furgo, así que escaparemos cerquina algún fin de semana en que no nos vengan a ver, que va a ser difícil. El año pasado lo tuvimos 'todo ocupado' y este vamos a movernos un poco, ya sea una noche o cuatro días y habrá que ir también a visitar a los amigos de Madrid», detalla.

En cuestión de viajes, la mierense asegura que «una vez al año o cada dos, aunque normalmente no en verano. Soy muy navideña y por esas fechas siempre planeamos ir a algún lado. El dinero suelto que entra en casa lo metemos en unos botes y cuando hay unos cuantos, toca viajar. La última vez fuimos a Filipinas con la mochila. Ahora con el bote doble del último año será un viaje más largo (risas)».

Entre tanto, estos meses serán para aprovechar la playa al lado de casa, aunque Cotiello confiesa que «soy nadadora, pero de piscina, de temperatura soy más bien de Algeciras, el agua del Cantábrico la verdad es que no lo llevo bien. Soy de las que entra, se moja como un gatín y sale. Tampoco soy nada lagartija, eso de vuelta y vuelta al sol, no, yo necesito estar mojándome cada poco. En Oviñana tengo mi paraíso particular, mis Maldivas: son unas pozas en las que cuando baja la marea se queda el agua calentina y no voy a decir dónde están», ríe.

De su infancia en la cuenca recuerda el destino a Perlora «y las excursiones de Hunosa, lo típico». Y, de más mayorina, «los viajes con el grupo de baile de Figareo. Hacíamos intercambios y recuerdo mucho Benicasim, donde lo pasábamos mejor que los del festival». Locuras de verano no le constan: «Ni de invierno, siempre fui muy buenina, igual demasiado, aunque no sé qué dirán mi padre y mi madre». Y la noticia que le gustaría leer en este: «El fin de la pandemia y la cooficialidad del asturiano. Y que la empatía es el camino a seguir en eso, como en la vida», opina junto a las olas.

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