Borrar
Un vecino mira la finca-gallinero que se extiende a escasos metros de las ventanas.

«Aquí no duermes ni con tapones»

Los vecinos de un edificio que linda con un gallinero afirman que el cacareo les depierta a diario a las cinco de la madrugada

J. F. GALÁN

Viernes, 27 de marzo 2015, 00:36

Despertarse al son del alegre y tempranero cacareo de gallos y gallinas puede parecer algo bucólico, pero que acaba convirtiéndose en pesadilla si las gargantas que cacarean son muchas y la situación se repite un día sí y otro también. Eso es lo que afirman los vecinos del edificio sito en el número 9 de la calle Dolores Medio, en Las Murias, Piedras Blancas, enfrente del colegio El Vallín. «Es un sinvivir. Ya son trece años, y aún recuerdo lo contento que estaba el primer día que vine a vivir aquí, mi primer piso. Esa misma noche acabé marchándome a casa de mis padres, tal era el ruido. A las tres de la mañana dan el primer cantarín y a partir de la cinco ya es un no parar. ¡Y así no se puede dormir!, ni con tapones», exclama Marcos Badallo, uno de los vecinos.

El problema es la distancia. La finca-gallinero linda con el inmueble no más de cinco cinco metros entre la valla y las ventanas. Y es una finca grande, unos 1.500 metros cuadrados, con distintas parcelas para gallinas, pitas o capones y unos cuarenta corrales individuales para gallos. «Ahora solo hay seis o siete y unas sesenta gallinas, pero hay épocas en que el número se multiplica. Y no solo es el cantar. También son los olores y los insectos», añade.

Los 34 copropietarios del inmueble han interpuesto un sinfín de denuncias ante el Ayuntamiento y la Guardia Civil, sin que hasta el momento ninguna diese los resultados apetecidos. Sostienen que la finca no está registrada como granja «y por lo tanto es ilegal o al menos alegal. Una cosa es tener tres o cuatro gallinas en una huerta y otra una explotación avícola en toda regla justo bajo la ventana de tu dormitorio», diferencian. También admiten una cosa. La finca estaba allí muchos años antes de que se pusiera la primera piedra del edificio, detalle que según Badallo, «esgrime el Ayuntamiento para decirnos que no hay nada que hacer».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Aquí no duermes ni con tapones»

«Aquí no duermes ni con tapones»