El argayo del faro de Tazones avanza «imparable» más de medio metro
El alcalde ha solicitado un informe a los geólogos de la Universidad de Oviedo que realizan el seguimiento del terreno desde el año pasado
ALICIA GARCÍA-OVIES
VILLAVICIOSA.
Sábado, 20 de marzo 2021, 02:05
El acantilado de Tazones continúa «imparable» su avance hacia el mar. Las grandes grietas que afectan a las parcelas ubicadas al norte del faro siguen creciendo y en poco más de dos meses los puntos de control instalados por la Universidad de Oviedo se han desplazado más de medio metro. La causa de este fenómeno natural está en la fuerza constante con la que el mar golpea la base del acantilado. El agua se cuela por la roca y, en una estructura en la que predominan materiales como la pizarra y la arcilla, el terreno se erosiona y debilita cada vez más.
El avance es tal que los geólogos, quienes realiza un control mensual el marco del proyecto 'Inestabilidad de laderas como indicador del retroceso de la Costa Cantábrica: caracterización multidisciplinar (Cosines)', consideran «especialmente importante» mantener la señalización de advertencia de peligro tanto en el entorno del faro como en el acceso al pedrero desde Tazones. El año pasado ya se procedió a cerrar el paso a los terrenos afectados, unos 70.000 metros cuadrados.
El equipo pudo comprobar en su visita mensual de febrero cómo «el frente del acantilado va liberando el material poco a poco». Por su parte, el alcalde, Alejandro Vega, les ha solicitado un informe sobre la situación actual del argayo con el fin de remitirlo a las administraciones con competencias. Es decir, a Demarcación de Costas del Estado y Principado, además de Puerto de Gijón, titular del faro. Aunque en este caso no existe riesgo conocido dado que está asentado sobre roca.
Los especialistas recomiendan mantener las señales de peligro en el entorno del faro y en el acceso al pedrero
Desde hace tres años
Hace ya tres años, las primeras grietas obligaron al desalojo de un restaurante y una vivienda. La familia llevaba dos semanas escuchando ruidos y veía cómo empezaban a aparecer grietas en las paredes. Aunque no fue hasta el 15 de febrero cuando la situación empeoró: el suelo del sótano venció, se abrieron las paredes, hasta el punto de partirse una por la mitad y dejar una ventana a un lado y el resto del muro a otro. El resultado final fue que el piso de la cocina, del comedor y de la vivienda cedió, con el riesgo de que las grietas empezaran a hacerse más grandes.
Aunque fue a principios de 2020 cuando la situación empeoró y las grietas aumentaron. En un informe remitido entonces por los geólogos a Demarcación de Costas ya se advertía que era probable «que en cualquier momento se pueda producir el desprendimiento de un volumen importante de rocas desde la parte superior hacia la base del acantilado».
La situación causó gran preocupación entre los vecinos de Tazones, aunque los especialistas, que llegaron a reunirse con ellos, señalaron en todo momento que ni el faro ni las viviendas cercanas corrían peligro.