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Iván Fernández y Julián Arias, con los alumnos de tecnología y la sonda que portará la sidra. J. M. PARDO
Un culín estratosférico lanza Nava

Un culín estratosférico lanza Nava

El proyecto de los alumnos de segundo de bachillerato del IES Peñamayor llevará varias probetas de sidra a 30 kilómetros de altitud

O. VILLA

NAVA.

Jueves, 5 de mayo 2022, 01:25

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Decían los clásicos que la sidra sabía distinto cuando pasaba Pajares. Sería cosa del calor, de la altitud o de que los carros de bueyes tardaban eones en llegar a la meseta. Pero la idea quedó en el subconsciente colectivo. Así, cuando el profesor de tecnología del Instituto de Secundaria Peñamayor de Nava, Iván Fernández Huerta, propuso a sus alumnos de segundo de bachillerato elaborar un proyecto científico para participar en el concurso nacional de la Fundación Ibercivis, que pedía ideas para experimentos que impliquen un ascenso en globo sonda «a la estratosfera, unos 25 o 30 kilómetros de altitud, lo que se conoce como 'espacio cercano', lo que decidimos fue llevar nuestra bebida identitaria, la sidra, allí, para por una parte promocionarla, porque es la bandera de Asturias y el símbolo de nuestra comarca y, por otra, proceder a un análisis químico previo y otro posterior tras la recuperación de la caja y ver qué cambios ha experimentado» tras un viaje en el que sufrirá intensas variaciones térmicas, de humedad y de presión atmosférica, así como una distinta exposición a la radiación ultravioleta al subir a las capas superiores de la atmósfera, donde la intensidad de esta radiación es mayor.

Para ello, Iván Fernández ha compuesto un animoso equipo en el que destacan sus siete alumnos de tecnología, que se han ocupado de diseñar la sonda, su monitorización en tiempo real y su electrónica y de su programación informática, así como de la adecuación de la cámara que irá tomando imágenes durante todo el ascenso y el descenso de la sonda, que irá colgada de un globo aerostático especial, similar al que empleó el austriaco Felix Baumgartner en 2012, cuando batió tres récords históricos al lanzarse en caída libre desde los 38.969,3 metros de altura, después de haber ascendido en globo tripulado a la estratosfera, alcanzando una velocidad máxima de 1.357,64 kilómetros por hora. En el caso de la sidra, la caída se iniciará cuando el globo, diseñado para ello, estalle aproximadamente a los 30 kilómetros de altura por la falta de presión atmosférica.

La sonda, entonces, comenzará un descenso mucho menos vertiginoso que el de Baumgartner, amortiguado casi desde el principio por un paracaídas, de forma que su carga de sidra en probetas (será la sidra institucional de la DOP Sidra de Asturias, que financia el proyecto junto al Ayuntamiento de Cabranes y con la colaboración del Serida, que hará gratuitamente los análisis) llegue a tierra sana y salva.

El experimento comparará la calidad previa y posterior de la bebida asturiana tras su viaje «al espacio cercano»

Entonces llegará el turno de los alumnos de Julián Arias en la asignatura de química, que serán quienes se encarguen de la evaluación de los análisis del Serida. «Con todo esto queremos hacer ver a los alumnos la parte práctica de lo que se les enseña. No es lo mismo algo denso y abstracto que ver su aplicación real». Y esta vez, de altos vuelos.

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