Los niños de Trasona se visten de apóstoles

Los niños de la parroquia de Trasona conmemoraron la Semana Santa a pesar de las restricciones, gracias al ingenio de las catequistas de la iglesia que organizaron una serie de talleres para que los más pequeños, respetando los grupos burbuja en los que se dividen durante las clases de catequesis, trabajasen los episodios bíblicos de este periodo de una manera entretenida y al mismo tiempo segura. El resultado final fue la breve representación teatral que llevaron a cabo para el resto de los feligreses el pasado Jueves Santo y que terminó con varias anécdotas divertidas, según apuntó el párroco, Constantino Bada.

Debido a la situación sanitaria, las procesiones y escenas típicas de la Semana Santa no pudieron llevarse a cabo este año en ningún lugar del país, sin embargo, en la parroquia de Trasona, las catequistas de la iglesia buscaron fórmulas que no conllevasen la aglomeración de personas, para trabajar sobre este período tan importante en la religión católica con los pequeños que están preparando su primera comunión. Desde talleres de dibujo en los que ilustraban escenas bíblicas hasta la última cena del Jueves Santo, que representó a pequeña escala un grupo muy reducido y a la que precedió una degustación de los tradicionales bollos de Pascua.

«Fue muy divertido porque al final contamos con dos Pedros y con un Judas Iscariote que era más bueno que el pan», comentaba el párroco de la localidad, muy satisfecho por el trabajo de su iglesia y por el empeño que habían puesto los niños y niñas en todas estas iniciativas. Estas anécdotas a las que hacía referencia Bada tuvieron lugar durante la representación que los más pequeños llevaron a cabo antes de la misa para el resto de feligreses, en la que, tal y como habían trabajado en las últimas semanas, cada uno de ellos tenía que aparecer en escena presentando a un apóstol, sin embargo los nervios jugaron alguna mala pasada y acabaron juntándose en la iglesia de Trasona dos Pedros, un error que pudo solventarse con mucha rapidez gracias a la espontaneidad de los pequeños.