Villaviciosa pide destinar fondos de zona catastrófica al argayo de Candanal
El Ayuntamiento se ha puesto en contacto con la Confederación para que estudie las obras a ejecutar por el cambio de trazado del río
ALICIA GARCÍA-OVIES
VILLAVICIOSA.
Lunes, 1 de febrero 2021, 01:22
El alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, ha solicitado al Principado que destine parte de las ayudas estatales por la declaración de zona catastrófica a hacer frente a los daños producidos por el argayo de Candanal, que obligó a desalojar una ganadería y dejó aislada una vivienda. Aunque ni las actuaciones ni los costes están todavía claros, todo apunta, por las dimensiones del desprendimiento, a que serán elevados. Hasta el momento, solo el Ayuntamiento ha cuantificado las obras de urgencia que desde el equipo de gobierno mandaron ejecutar para abrir una pista temporal hasta la casa, con un coste cercano a los 30.000 euros.
Los trabajos ya están avanzando, permitiendo al matrimonio tener un acceso para entrar y salir de su casa en vehículo. Si bien, según señaló Vega, se trata de una zona complicada por la cantidad de agua que se acumula, «que sigue y seguirá causando problemas». En ese sentido, desde el Ayuntamiento se han puesto en contacto con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para que analice las actuaciones a realizar teniendo en cuenta que el río ha sufrido una desviación debido al argayo. «La ladera, tal y como bajó, no es susceptible de restauración alguna. Se trataría de hacer frente a las obras del camino, el cauce y los daños que se haya producido a particulares», explicó el alcalde.
La lengua de tierra sorprendió a los vecinos de Candanal dos noches antes de Reyes. La ladera del monte se desprendió por completo debido a los fuertes temporales de principios de año y el agua que se filtró en la tierra, quitándole estabilidad al terreno. Metros y metros de barro, rocas y arboles que sepultaron una carretera local y obligaron a desalojar una ganadería.
Precisamente, un grupo de vecinos había estado trabajando el día anterior en la zona retirando un argayo de menor alcance. Ya entonces pudieron comprobar el movimiento del terreno, aunque no se esperaban el gran desprendimiento que finalmente tuvo lugar durante la noche. Por suerte no hubo que lamentar daños personales, aunque ahora habrá que cuantificar cuánto cuesta reabrir la carretera al tráfico, frenar las filtraciones de agua y hacer frente a las reclamaciones que pueda haber por parte de partículares afectados.
Por el momento, el argayo se mantiene estable, si bien en días posteriores la tierra siguió bajando, no provocó más daños ni afectó a más vecinos de la zona. Aunque desde el Ayuntamiento están pendientes de cualquier cambio.