Fernández-Vega explica en Vegadeo el secreto para ser un referente mundial

'Ellos fueron como tú' es el título con el que el VII Foro Comunicación y Escuela trata de acercar a los alumnos del Instituto Elisa y Luis Villamil a personalidades de la sociedad asturiana para que conozcan su trayectoria y tomen ejemplo de su obra. Dentro de esta iniciativa se presentó ayer en Vegadeo al doctor Luis Fernández-Vega, catedrático de Medicina, director del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y jefe de oftalmología del HUCA.

A través de una charla-coloquio, moderada por la jefa del área de Gijón y Asturias de EL COMERCIO, Leticia Álvarez, Fernández-Vega charló con los alumnos y contestó a todas sus preguntas, relacionadas con su carrera y con la oftalmología en general.

Cómo se llega y cómo se lleva ser un referente internacional en su campo fue uno de los temas que más interesó a los estudiantes de tercero de la ESO y primero de Bachillerato. Fernández-Vega se remontó a sus tiempos de estudiante en Madrid, cuando dudaba de querer continuar con la tradición familiar y se matriculó en Económicas.

Pronto se dio cuenta, no obstante, de que su vocación era la medicina y, en concreto, la oftalmología, pero tuvo claro que «quería hacer algo distinto, no estar a la sombra de la familia», y por eso no regresó a Oviedo hasta que obtuvo la cátedra.

Sabía que volver a Asturias «podría cercenar mi vida profesional y que sería más fácil triunfar en Madrid, pero no hace falta estar en unas de las ciudades más importantes del mundo para alcanzar prestigio». Por eso se muestra orgulloso de haber conseguido, junto a su equipo y su familia, un centro de referencia permaneciendo en Oviedo. «Si estás bien formado, tienes ideas, capacidad de trabajo y espíritu de sacrificio se pueden hacer muchas cosas para el resto de España y el resto del mundo», explicó a los alumnos.

Cuidar el prestigio

Una vez con el Instituto en marcha hubo que consolidar y mantener ese prestigio. La clave del éxito de su clínica la basa en tres pilares. El primero, tener todas las especialidades oftalmológicas cubiertas. En segundo lugar, una buena organización, imprescindible en un centro con más de 100.000 consultas al año y quinientos pacientes diarios.

Y, por último, cuidar el contacto médico-paciente. Este último fue uno de los aspectos que más destacó, el trato directo con los pacientes y la sensibilidad al informar de un diagnóstico, para lo que utiliza una técnica aprendida de su padre, la 'Cicacoa', ciencia, cariño, comprensión y ánimo, con diferentes dosis de cada uno de ellos según la persona. La cura de la ceguera o del daltonismo, la incidencia del uso de dispositivos electrónicos en la vista, o por qué la mayoría de los oftalmólogos usan gafas, fueron otros de las cuestiones que Fernández-Vega respondió a los alumnos durante una charla que se prolongó durante más de una hora.