La mina de oro de Salave se somete a consulta pública prometiendo un «control ambiental minucioso»
El Principado da hasta el 25 de agosto para enviar alegaciones de cara a valorar si la propuesta es un proyecto de interés estratégico a autorizar
A finales de 2024 la Junta General aprobó la Ley para los Proyectos de Interés Estratégico Regional. Las inversiones que cumplan los requisitos para ... obtener dicha calificación se pueden beneficiar de un mejor acceso a ayudas públicas, una tramitación más rápida de las autorizaciones y cambios en el planeamiento urbanístico. El primero que acudió a esa ventanilla es Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC), la sociedad del fondo Black Dragon Gold que lleva años peleando para sacar adelante su proyecto para abrir una mina subterránea de oro en Salave (Tapia de Casariego). La sociedad asegura querer invertir más de 100 millones en año y medio, con los que generaría entre 150 y 200 empleos.
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Siete meses después de haber presentado el primer papel, el expediente llegó ayer a uno de sus hitos: la fase de consulta pública al objeto de recabar alegaciones hasta el 25 de agosto. La Coordinadora Ecoloxista lamentó que el expediente continúe y espera que con las alegaciones «se desestime de una vez por todas».
Galerías a 100 metros de profundidad
El resumen del proyecto señala que el subsuelo de Tapia, por debajo de los 50 metros, está compuesto de granito y «sulfuros, algunos de los cuales contienen en su interior una cierta cantidad de oro». Para acceder a ellos se abriría una galería subterránea «en las proximidades del polígono de Cortaficio», hasta alcanzar los 100 metros de profundidad, de ahí saldrían las distintas galerías. El avance se haría mediante perforación y voladuras controladas «y siempre en el ámbito subterráneo». Una vez arrancado el granito y los sulfuros la mezcla se sacaría al exterior, para ser acumulada en pilas y luego procesadas. En una escombrera quedaría el granito estéril, a la espera de ser usado al final para rellenar de nuevo los huecos.
El proceso consiste en moler la mezcla y luego pasarlo a un tanque de agua, de forma que el granito vaya al fondo y el sulfuro sea rescatado al flotar. Los sulfuros, una vez filtrados y secados, son enviados a empresas especializadas en extraer el oro de ellos. «Todas las instalaciones, incluida la salida de la rampa al exterior (bocamina), se ubicarán dentro de naves industriales por lo que cualquier potencial impacto de ruido o polvo, al igual que el impacto visual, se reduce al mínimo», refleja.
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El agua del subsuelo que saldría en la excavación «será bombeada al exterior y enviada al mar (a 500 metros de la costa y 20 de profundidad) en estado completamente natural, sin manipulación ni entrar en contacto con los trabajos de extracción». El agua usado en el procesado sería «depurada en las plantas disponibles a este efecto y reutilizada para los mismos fines». La empresa asegura que hará un «minucioso» control ambiental «para garantizar que no se producen efectos indeseados».
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