A Paicega, una joya del patrimonio industrial por descubrir
El Ayuntamiento de Pesoz y los vecinos buscan la recuperación de este antiguo poblado obrero y potenciarlo como recurso turístico
ROSANA SUÁREZ
PESOZ.
Domingo, 11 de julio 2021, 00:53
Uno de los proyectos más ambiciosos de la candidatura de Pesoz a Pueblo Ejemplar de Asturias es la rehabilitación de la Iglesia de la Virgen ... de La Luz de A Paicega, del arquitecto Joaquín Vaquero Palacios. El Ayuntamiento y los vecinos llevan desde 2008 buscando una utilidad para este espacio, cuya compra se hizo efectiva el pasado mes de mayo. Sus planes pasan por convertir este templo en sede social de las cuatro asociaciones con las que cuenta el concejo. También ven necesario la creación de un área recreativa en este entorno, pensando en la gran cantidad de turistas que cada día visitan A Paicega. Incluso se ha hablado de realizar una exposición permanente que cuente la historia del embalse de Grandas de Salime y de los poblados industriales que albergaron a miles de empleados encargados de su construcción entre 1948 y 1953.
«A Paicega se está convirtiendo en un referente de turismo industrial en la comarca del Parque Histórico del Navia», afirma la historiadora Ángela Ferreira. El paso del tiempo ha convertido este lugar en un poblado fantasma. En la construcción de la presa participaron entre 3.500 y 4.000 obreros procedentes de todas las regiones de España. Se calcula que un centenar perdieron la vida levantando la presa, que se convirtió en la más grande de España y la segunda de Europa en época de posguerra. «Hasta se llegó a poner en marcha un teleférico en el año 1950, el mayor de España en ese momento. Partía de El Espín (Coaña) por donde se trasladaba el material a pie de obra», relata Ferreira. Un recorrido de 36 kilómetros, que lo convirtieron en el de mayor longitud del país.
A instacia del Ayuntamiento de Pesoz, se realizó en 2006 un mirador sobre las instalaciones del embalse, en homenaje a los trabajadores que allí fallecieron. «La gente llegaba de cien en cien. Hubo una contratación de personal masiva. Había que alojarlos en algún sitio, por lo que se creó una serie de infraestructuras», explica Ferreira.
Se crearon, además de A Paicega, otros tres poblados: Segundo Plano (Pesoz), Vistalegre (Gradas de Salime), y Eritaña (Allande). «Los trabajadores que llegaban con sus familias se alojaban en función de su escala jerárquica en la empresa», apunta. Las cifras del padrón municipal rondaban por aquellos tiempos las 2.400 personas, mientras que en la actualidad son 250 los empadronados en el concejo. Ahora de la época de esplendor de A Paicega tan solo quedan unas ruinas cubiertas por la maleza.
A Paicega tenía capacidad para albergar a unas 200 personas y se dotó de diferentes servicios como un economato con panadería, barbería, escuela, cine, hospitalillo, cuartel de la Guardia Civil y destacamento del Ejército de Tierra. «Según iba llegando gente se iban creando barracones. En Segundo Plano, también en el concejo de Pesoz, había tantos barracones como para albergar a 1.200 personas», apostilla Ferreira.
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