«Me quedo atrás, me siento discriminada»
Ana Rubio, estudiante sorda, exige a Educación una intérprete de lengua de signos en el aula, recurso al que tiene derecho por ley
ÁNGELA RODRÍGUEZ
SALAS.
Martes, 12 de octubre 2021, 03:41
«Mi día a día es cada vez más difícil por la falta de accesibilidad en clase. Me hace mucha falta el apoyo en el aula de la un intérprete de Lengua de Signos, para entender lo que explica el profesor, y poder participar del debate con mis compañeros», confiesa Ana Rubio Fernández, vecina de Salas. Rubio, es estudiante de primer curso en el ciclo formativo de grado superior de Documentación y Administración sanitaria en el Centro Integrado de Formación Profesional de Cerdeño, en Oviedo, y sorda de nacimiento. «Me siento desinformada, discriminada e impotente. Mientras el resto de mis compañeros pueden avanzar, yo me quedo atrás», relata Rubio.
Conocedora de sus derechos, la alumna solicitó, a principios de septiembre, la incorporación de un intérprete días antes del comienzo de curso «Lo solicité al director del centro educativo, y al director de Equidad Educativa. No obtuve respuesta por parte de ninguno de ellos», asegura Rubio, que días después envió una reclamación al respecto a Equidad Educativa, de la que tampoco obtuvo contestación.
Rubio es concisa. «Necesito una persona intérprete de Lengua de Signos a jornada completa en el aula para poder recibir correctamente la formación académica, y resolver mis dudas». Actualmente, la alumna dispone de «una mediadora comunicativa» que asegura poco tiene que ver con el trabajo de un intérprete. «Para mí es una pérdida de tiempo, porque prácticamente todo gira en torno a elaborar resúmenes básicos. Y además no tiene nivel de Lengua de Signos».
Salas, contra la discriminación
El pueblo se volcó ayer con la concentración en apoyo de la vecina Ana Rubio, organizada por el Ayuntamiento de Salas. «Agradezco a todos mis vecinos, amigos y familiar el apoyo en mi lucha para que la consejería de Educación me escuche», señaló Rubio, que agradeció especialmente a «la concejala Ana Pérez, al acalde, Sergio Hidalgo, y al diputado Adrián Pumares», su presencia en el acto.
«En caso de no recibir ninguna respuesta en la próxima reunión con el director de Equidad Educativa, seguiré luchando y convocando a la prensa. Enviaré cartas, recogeré firmas, u otras iniciativas que ya me ofrecen varias entidades hasta conseguirlo», señaló Rubio.
Una mediadora comunicativa que la apoya durante cinco horas a la semana, una al día, y que Rubio no acepta como solución. «Este recurso que me han puesto desde la consejería de Educación, no es el que solicité, ni tampoco la respuesta adecuada».
La joven de treinta años, que ya ha superado otros dos ciclos formativos -el grado medio de Sistemas Microinformáticos y Redes, y el grado medio de Gestión Administrativa- gracias al apoyo del intérprete, sabe de lo que habla, y afirma que no se están reconociendo sus derechos como alumna con discapacidad. «El sistema educativo, la Consejería, no me está escuchando».
Rubio cuenta, sin embargo, con el apoyo de la Federación de Personas Sordas del Principado de Asturias (FESOPRAS), y el Ayuntamiento de Salas, que ayer mismo organizó una concentración en la plaza del consistorio para arropar a su vecina. «No les costaba nada responder a dos cartas que les envié», apunta Rubio, visiblemente molesta por el «desinterés» de quien puede ofrecer soluciones. «La prueba es que ayer a última hora, casualmente, me enviaron un correo electrónico para concertar una reunión presencial con el director de Equidad Educativa.¡ Ya era hora!», sentencia.
«Se que lo achacarán a la falta de gestión de las empresas para encontrar y contratar intérpretes, pero lo que yo quiero que me expliquen es por qué no me han respondido en tres semanas, ni han intentado formalizar un contrato temporal a un intérprete», lamenta Ana Rubio.
