«Los de mi quinta estamos desperdigados, pero intentamos estar en estas fiestas»

El pregonero, aquel «neno pequeño de Casa El Fraile o el pequeño de Pepín de Marrón de las Mestas», defendió durante su turno de palabra los valores que aprendió en las escuelas rurales de Limés y Obanca, la lucha por la conquista del Hospital Carmen y Severo Ochoa y las fiestas en honor a la Virgen del Carmen y su Descarga. «Mirad, yo he dado vueltas por el mundo, pero como esto no hay nada», aseveró el oncólogo, afincado en Los Ángeles tras vivir once años en Barcelona y hacer el posdoctorado en la Universidad de Harvard.

Martínez aludió con orgullo a su generación, la que vivió la reconversión del carbón y el cierre de las minas, así como las transformaciones en los oficios del campo. «Los de mi generación aceptamos con resignación que aquí no había trabajo para todos, y aunque estamos desperdigados por el mundo, siempre intentamos estar para El Carmen y la Descarga».

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El neno de Casa el Fraile dedicó después unas palabras a sus padres. «Cuando se hacen mayores y tú estas lejos, saber que tienen un hospital a quince minutos de casa da mucha tranquilidad». Habló con humor de su actual vida «con los americanos», bromeando sobre cómo les había convencido para poder él venir a pronunciar el pregón. «Les dije que las fiestas del Carmen son como vuestro 4 de julio, pero mejor, y también hay voladores. Ahí ya me dijeron que para adelante», contó. Antes de acabar dirigió unas palabras a los jóvenes cangueses: «Si yo he podido llegar a donde estoy, vosotros también, porque un cangués puede llegar a cualquier lado».

Martínez no estuvo solo en el balcón, le acompañó el alcalde, José Luis Fontaniella, quien celebró estar junto a un pregonero «hecho en nuestra fábrica». Agradeció su disposición y felicitó a la Amistad por sus 50 años y a todas las peñas de la pólvora porque «sin vosotras estas fiestas no serían lo mismo».

También habló la joven Daniela Fanjul. La pregonera infantil condensó el espíritu festivo cangués: «El Carmen es color, alegría, diversión, felicidad y baile, y su Descarga la mejor del mundo».

Tras los discursos, la Federación de Peñas de la Pólvora desfiló por las calles canguesas a ritmo de charanga y las peñas El Refuerzo y La Madreña repartieron el bollu y el vino. Por la noche, el cielo cangués se cubrió de pólvora con tres espectáculos pirotécnicos; el primero, a cargo de las peñas El Carmen, Xaréu y El Reencuentro. Ya a medianoche, las 40 peñas hicieron retumbar el suelo de la villa con una tirada a mano conjunta que dio paso al tercer y último espectáculo pirotécnico de la noche, protagonizado por las peñas Barreno, Carcasa, Castaña y Folixa. La fiesta no ha hecho más que empezar.