«La reacción del oso al encontrarse con la mujer en Sonande fue de huida, no un ataque»

Según su reconstrucción, el oso accedió a la vía «subiendo por un camino en cuesta. Posiblemente no reparó en su presencia, pues en las imágenes se puede ver cómo desde esa posición inferior y la presencia de abundante vegetación puede ser difícil percibir la presencia de una persona». Al encontrarse, «el animal se puso en pie y la golpeó en la cara de un zarpazo». Como consecuencia de ello, sufrió heridas graves en la cara y, como resultado de la caída, una rotura de cadera. «El animal no se detiene ni se ensaña con la mujer y, en su huida, se cruza con testigos sin reparar en ellos».

Para la entidad, «se trata de un encuentro fortuito» y de un «incidente extremadamente raro y excepcional». Según sus cálculos, «sería el octavo ocurrido en la cordillera cantábrica en las tres últimas décadas y el primero en Asturias». Desde su punto de vista, «es necesario avanzar en el conocimiento de estos casos, las condiciones y las características de los osos implicados, su comportamiento y las personas involucradas. La realidad es compleja, como así lo atestiguan investigaciones realizadas sobre este tipo de accidentes en todo el mundo». Aunque son excepcionales, «no deben de ser desatendidos por los responsables de las políticas de conservación de la especie».