María Neira: «Las cifras asturianas lo dicen todo y ahí está el porcentaje de vacunados y de gestión de casos»
Directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS ·
La asturiana María Neira, directiva de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, recibirá el miércoles la Medalla de Plata del PrincipadoEDUARDO PANEQUE
OVIEDO.
Domingo, 5 de septiembre 2021, 02:28
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira (La Felguera, 1962) se rodea en el día a día de autoridades sanitarias a nivel ... mundial, pero, como ella reconoce, «siempre que puedo voy sacando el nombre de Asturias y cómo se hacen las cosas aquí». Su trabajo, antes y durante esta pandemia, la ha hecho merecedora de la Medalla de Plata del Principado que otorga el Gobierno regional con motivo del Día de Asturias. Un día antes, el martes, participará en su tierra, Langreo, en la plantación de un árbol ('Raíces de la Migración') como parte de los actos 'Langreanos en el mundo'.
-Ya tenía en su vitrina la Medalla de la Orden Nacional del Mérito en Francia, pero supongo que la Medalla de Plata del Principado hace más ilusión, ¿no?
-La medalla francesa es una distinción de mucho honor, pero esta toca una fibra mucho más sensible, directa y entrañable. Ser reconocida en tu tierra tiene otra connotación y el agradecimiento es mucho más profundo.
-¿Aprovecha para desconectar en Asturias estos días?
-Bueno... (risas), no. Ya estoy conectada muy temprano, con actividades por todo el mundo. Pero después, salgo a pasear por la calle Uría (Oviedo) y tengo contacto con la realidad. Siempre trabajando, pero también disfrutando intensamente esta semana de mi familia y de Asturias.
-En esos paseos por la región, ¿ve a la gente más concienciada en el cumplimiento de las restricciones que en otros lugares?
-Aunque sigo la evolución a nivel global, también, con mucho interés, lo que está pasando en Asturias. Creo que las cifras lo dicen todo. Independientemente de sacar pecho o no, me baso mucho en las cifras y en los hechos. Y ahí está el porcentaje de vacunados, la gestión de los casos, etcétera. Eso es gracias a todos los profesionales sanitarios que tenemos aquí, y a la población en general.
-Teniendo a una directiva asturiana en la OMS ¿le ha pedido consejo el Gobierno regional estos meses?
-Eso son preguntas que no voy a contestar. Cuando estoy en la OMS, como funcionaria, no tengo nacionalidad. Por supuesto, cualquier autoridad que nos solicite, le atenderemos. Así lo hemos hecho con el Gobierno de España.
-¿Se soporta la presión en una pandemia retransmitida en directo?
-Insoportable, no, porque estamos entrenados. Al ser en vivo como dice, obliga a medir mucho las repercusiones. No controlas un mensaje único. Hay mucha gente hablando, algunos que tienen mucho que decir, y otros en un contexto más superficial. Todo genera una información que, sacada de contexto, te va a requerir una dedicación para responder. Una información puede ser muy válida, pero si se saca en un momento de crisis y no se interpreta como debería hacerse...
-¿Con la perspectiva del tiempo, es pertinente pensar: «¡qué perdidos estábamos en enero de 2020!»?
-Lo que se demuestra, una vez más, es que somos muy vulnerables. Tenemos una fragilidad por nuestra dependencia del medioambiente y de la salud animal. En el momento que perdemos esa perspectiva y destruimos todo lo que tocamos, ahí tenemos un problema. Ahora toca ir a las causas de las causas, y al por qué pasó todo esto. Además de reforzar el sistema de vigilancia epidemiológica, ver cómo estamos destruyendo y contaminando los ecosistemas, el aire que respiramos, el agua que bebemos y la comida que comemos. Y ahí habrá que hacer algunos cambios y mejoras en el sistema.
-¿No se pensó entonces que no iba a ser para tanto y se reaccionó tarde?
-Nadie tiene nunca la visión completa de la dimensión que puede tomar algo. Nadie quería parar el mundo como se paró, porque se pensaba que se podía controlar de otra manera creyendo que era un agente infeccioso, puesto que no era la primera vez que sucedía.
-¿Pero se reaccionó tarde?
-Se reaccionó de una forma muy fuerte, como nunca antes habían hecho los países. Ahora lo que hay que ir a las causas para evitar estas crisis tan virulentas.
-¿Ha pasado el tiempo suficiente para hacer autocrítica?
-Nunca es pronto. Hay que hacerlo desde el primer día. Ser muy abiertos, dejando de lado los análisis partidistas, siendo descriptivos, factuales y constructivos.
La vulnerabilidad global
-¿Hablamos demasiado desde la perspectiva de Occidente, sin pensar en toda esa parte del planeta que no tiene recursos para hacer frente de la misma forma?
-Por supuesto. Empezando por el hecho de que una de las recomendaciones más básicas de esta pandemia, era 'lávese las manos'. Tres de cada diez personas en el mundo que no pueden acceder a agua y jabón. Ahí es donde nos hemos enfrentado a la vulnerabilidad de la que hablaba antes, global.
-Pues ahora, con el reparto de vacunas, parece que repetimos el mismo patrón.
-Es algo que no debería ser así. ¡Claro que te llena de orgullo que algunos países hayamos alcanzado esas cifras del 70%, 90%...!, pero hay países que ni el 4%. Nos queda mucho por hacer sobre solidaridad y equidad.
-Sobre las vacunas, ¿se ha convertido en una guerra entre farmacéuticas?
-Hay muchos intereses comerciales detrás, evidentemente, y se debería dejar trabajar a las autoridades competentes de forma que todo el mundo participe.
-¿Habría que suprimir las patentes?
-Hay que analizar qué está impidiendo que se llegue a todos. No se trata solo de destruir o eliminar patentes, sino de acelerar y compartir conocimiento. Eso que se piensa de que las farmacéuticas van a perder no es verdad. La inversión está perfectamente cubierta y las ganancias ya están ahí y nadie se las va a quitar. Así que el argumento de que en la próxima no van a invertir no tiene sentido. Esto es una cuestión social, global y creo que hay muchas maneras de acelerar la transferencia tecnológica.
-De esta, ¿las ciudades saldrán mejores?
-No hay más opción. Tenemos que hacer ciudades más vivibles y menos agresivas para la población. La contaminación hay que reducirla, es irreversible. Si no aprovechamos esto para cambiar estaremos haciendo una pésima lección aprendida de todo el desastre que hemos pasado.
-¿Es optimista?
-Yo siempre (risas). Soy patológicamente optimista. No se qué me pasa, debe ser estar en Asturias, no lo sé.
-¿Comparte los estudios científicos que dicen que la subida de temperatura nos expone más a nuevos virus y epidemias?
-Por supuesto. No solo el cambio climático, también esa lucha inútil que tenemos contra la naturaleza y los ecosistemas, que son los que nos dan de comer, beber y respirar. Como no paremos esa destrucción absurda, nosotros no vamos a ganar. No es una cuestión de derechas o de izquierdas, es una cuestión muy seria de salud. ¿Qué sentido tiene contaminar el río del que luego vamos a beber? Hablemos de salud y ahí nos vamos a entender todos.
-¿Está preparada la sociedad para que nos levanten las restricciones?
-Creo mucho en la responsabilidad individual. Creo que todo va a ir bien. Tengo mucha confianza. Ya queda poco.
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