Marineros riosellanos amenazan con tomarse la justicia por su mano ante una ola de vandalismo

La Cofradía de Pescadores Virgen de Guía de Ribadesella quiere que la jefatura de puertos del Principado instale cámaras de vigilancia en los muelles para luchar contra el vandalismo nocturno de fin de semana, contra los «graciosos» que dedican parte de su ocio nocturno a dañar las propiedades ajenas. Los últimos sucesos ocurrieron durante la madrugada del domingo. Un grupo de jóvenes no identificados fueron sorprendidos mientras cometían varias fechorías. Al ser interceptados por un viandante se dieron a la fuga, aunque antes habían tenido tiempo para soltar los amarres de dos embarcaciones y arrojar a la ría una veintena de nansas. Esta vez soltaron los chicotes de proa y popa del 'Mares del Señor', dejándolo a la deriva y solo pudieron soltar el cabo de popa del 'Velamar'.

No es la primera vez que esto ocurre, pero en esta ocasión, cansados de tanto aguantar, los pescadores, la Cofradía de Ribadesella, presentó una denuncia ante el Cuartel de la Guardia Civil. Una denuncia que «esperamos sirva para instalar cámaras de vigilancia en toda la zona portuaria», afirmó el patrón mayor, Manuel Buenaga Palmero. La mayor parte de los pescadores consultados están de acuerdo con la medida, aunque también los hay que preferirían otra opción. Es el caso de Juan Carlos Posada, armador del 'Mares del Señor'. «Lo que tenían que hacer es recuperar lo que siempre tuvimos en el muelle, un servicio de carabineros que por turno vigilaban el espacio comprendido entre el puente y el final del Paseo de la Grúa», afirmó. Este profesional de la mar cree que las cámaras pueden anularse con facilidad, «utilizando un spray o con una simple pedrada», pero es que además opina que «atentan contra mi intimidad, me harían sentirme cohibido y coaccionado», explicó.

«Han superado el cupo»

La de este fin de semana fue la tercera vez que le sueltan el barco a los hermanos Posada. En otra ocasión también le rompieron una de las ventanas del puente de mando e intentaron llevarse el ordenador y la pantalla. «No pudieron porque no les cogía», aclaró. Las veces anteriores también le tiraron dos carros a la ría. «Creo que el cupo ya lo han superado. Así que si esto sigue igual y no se toman las medidas oportunas no nos echemos las manos a la cabeza porque alguien se tome la justicia por su cuenta. Si yo me encuentro con alguien intentado romper o acabar con aquello que tanto nos cuesta mantener se arrepentirá de haber puesto sus uñas en el barco. Me costará mucho dinero, pero lo voy a pagar muy a gusto», afirmó.

Juan Carlos Posada lamentó que España, en materia de seguridad, se siga pareciendo a una «república bananera carente de justicia y en la que los damnificados siempre somos los mismos, los que trabajamos por todo esto». En el lado contrario, «libres de toda responsabilidad», siempre estarán los «inadaptados sociales». Es decir los «vándalos e indeseables» que se dedican a arrancar limpiaparabrisas y espejos a los coches, pintar paredes, romper escaparates o hacer sus necesidades en los almacenes de los pescadores. «Como vivimos en el estado de bienestar tenemos que tolerar todo esto. Si de mi dependiera, el que lo hace se iba arrepentir», ironizó este marinero cansado de aguantar todo tipo de tropelías en su propiedad.