Una riosellana participa como extra en la sexta temporada de 'Juego de Tronos'

Se llama Maite Capín González y aunque reside en Oviedo, lleva el marchamo del Cobayu, del popular barrio riosellano que la vio nacer y crecer. A sus 44 años de edad, esta riosellana acaba de cumplir uno de sus mayores sueños, participar en el rodaje de la sexta temporada de 'Juego de Tronos', una serie de culto de la que se confiesa ser una ferviente seguidora. Maite Capín fue la única asturiana que superó el casting de selección de extras y figurantes. Para, conseguirlo tuvo que recorrer mas de 6.000 kilómetros a lo largo del presente verano. Primero requirió el apoyo familiar, «algo imprescindible», dice. Y una vez conseguido se puso en marcha.

El periplo comenzó los días 28 y 29 de junio cuando viajó a Gerona para participar en un casting al que se presentaron 15.000 personas. «Tardé mas de 24 horas en llegar a Gerona y me vi obligada a dormir en el suelo para no perderme una prueba para la que conseguí el número diez de la lista», destacó. Tras una primera criba, solo quedaron 3.000 y en su grupo solo fueron elegidas 260 personas. «Ha sido la experiencia mas grande de mi vida. Y con esto puedo demostrar que aunque hayas nacido en un barrio humilde uno puede llegar a donde quiera. Solo hace falta perseguir tus sueños. Al final se acaban cumpliendo», aseguró satisfecha de su logro.

En total fueron nueve días de rodaje en el casco antiguo de Gerona y en jornadas maratonianas, «que podían comenzar en la madrugada y finalizar por la tarde». Por suerte, «nos tenían muy bien alimentados, nos daban de comer como si no hubiera mañana». Maite Capín participó en buena parte de los rodajes, «así que malo sería que no salga en pantalla». Si no es así tampoco le preocupa porque «nos dieron una oportunidad a todos». Los rodajes eran en grupos reducidos de 30 ó 35 personas y esta riosellana se siente «orgullosa de haber participado en la serie, salga o no en pantalla». «Aunque no me pagaran yo quería estar allí», añadió.

Experiencia tras las cámaras

A su vez, mientras duró el trabajo tuvo ocasión de conocer a «muy buena gente que me acogió muy bien» y a las que tuvo ocasión de enseñarles un poco de asturiano. Era la única del grupo que no sabía catalán, «pero me trataron con gran respeto». También se manifestó muy agradecida con el propietario de la productora, Peter Welter Soler, al que calificó como un «ángel de la guarda». Gracias a él llegó a sentirse «como Paris Hilton, porque a cada salida del rodaje la gente quería sacarse fotos con nosotros y eso que solo éramos extras». Unos figurantes que cada día rodaban mano a mano con los actores principales de la serie. «Todavía no me creo donde he estado», añadió.

Esta es la primera experiencia de Maite Capín frente a las cámaras. Hasta ahora solo había trabajado detrás de ellas, formando parte del equipo de Laura Producciones del director asturiano Julio de la Fuente. Con él ha colaborado en la producción del cortometraje protagonizado por María Patiño y titulado 'La cara del diablo' o en el documental dedicado a Dani Danil. También trabaja en el taller de alta costura de Laura Inzo Diseños. Una pasión por la aguja y el dedal que la ha llevado a convertirse en toda una experta en la elaboración de Cosplay de Manga. Participa en salones manga y construye muñecos jugantes para eventos de todo tipo y galas benéficas. Un Doraemon de su producción viajará en breve a Honduras como estrella principal de una campaña solidaria dirigida a los niños de las aldeas perdidas del país centroamericano.