La crisis sanitaria lastra los precios de los sementales casinos

La crisis sanitaria provocada por la pandemia llega a todos los sectores y los bajos precios que llevan registrando durante meses los ganaderos asturianos también se reflejaron en la subasta de sementales casinos realizada este mediodía en Cangas de Onís. A la tradicional cita organizada por la Asociación de Criadores de Raza Asturiana de la Montaña (Aseamo) solamente se presentaron nueve ejemplares y menos de una veintena de pujadores. El animal más cotizado fue 'Babiano', llegado desde la localidad leonesa de Cabrillanes que regenta Ovidio Benéitez Silva, por el que se pagaron 1.950 euros. Una cantidad «más que aceptable para los tiempos que corren», según reconocían desde la organización, pero que queda muy lejos de los 3.050 euros que se abonaron hace un año por el toro 'Friki'.

'Babiano', con una calificación morfológica de 78,40 puntos, 423 kilos de peso y 32 centímetros de circunferencia escrotal, se fue para la localidad canguesa de Llueves. Su comprador, Máximo Sánchez, reconoció que fue el ejemplar que más le gustó desde el principio, por lo que estaba decidido a hacerse con él. «Me había puesto de límite 2.500 euros, aunque llegado el momento igual te calientas y terminas ofreciendo más», indicó. No obstante, apuntó, «la subasta estuvo un poco fría» y no llegaron a subir tanto los precios como en años anteriores. «Es lógico,la cosa está muy mal y si la carne no vale nada, los animales tampoco, es todo una cadena», lamentó el ganadero.

Una apreciación que compartían el presidente de Aseamo, José Antonio Rodríguez, y uno de los ganaderos de la asociación, el colungués Ángel Roza. Él fue quien crió al cuarto semental más cotizado, 'Rancherín', por el que se pagaron 1.400 euros. «Tiene una genética buena y es muy guapo, muy vistoso, así que contaba con que se pagase más, pero la situación está como está», indicó. Y Rodríguez recalcó que, no obstante, de los nueve animales que se subastaron solamente quedó sin comprador uno. «Lo importante es que se siga apostando por la raza, porque la calidad de los animales es mejor cada año que pasa», destacó. Por los ejemplares 'Saláu' y 'Galfarru' se pagaron 1.600 euros en cada caso y los cuatro restantes se vendieron en 900 euros cada uno.