Ecologistas y pescadores exigen el estudio ambiental a la mejillonera
Los ayuntamientos de Ribadesella y Caravia temen que la planta de cultivo de Lastres afecte a la actividad turística y pesquera de la zona
GLORIA POMARADA
COLUNGA.
Sábado, 30 de diciembre 2017, 00:21
El frente contra la planta de cultivo de moluscos bivalvos en aguas del Cantábrico, integrado por la Coordinadora Ecologista, la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias y los ayuntamientos de Ribadesella y Caravia solo aceptará la instalación de ir acompañada por un estudio de impacto ambiental. Un día después de la reunión de «desbloqueo» del proyecto mantenida por concejales de Colunga y representantes de la Cofradía de Pescadores de Lastres con el consejero de Medio Ambiente, Fernando Lastra, las cuatro partes que habían presentado alegaciones hace un año a la mejillonera mantienen su demanda de redactar un informe exhaustivo sobre el impacto de la instalación en la costa oriental. Dicha demanda, formulada también por la consejería antes de la llegada de Lastra, es el motivo que mantiene paralizado el proyecto, para el cual los promotores defienden, la normativa no exige un estudio tan exhaustivo. «No hay atajos posibles, la ley sí que les puede exigir el estudio», responde el portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo. Hasta la fecha, la sociedad Mar Abierto S.L. -en la que participa la cofradía llastrina- ha presentado, sin requerimiento legal de por medio, un informe simplificado, documento que la Coordinadora considera «un disparate». «No se clarifica qué va a pasar con los residuos ni la colonización de los pedreros. Donde hay mejillones no hay percebes», sostiene Pontigo.
La preocupación por las consecuencias en la actividad pesquera es compartida por la Federación de Cofradías de Asturias -en la que no está integrada la de Lastres-, que ayer mismo remitió una carta a Medio Ambiente solicitando una reunión urgente con Lastra. El proyecto, recuerdan, llegó a la cofradía de Lastres tras «la oposición de todas las cofradías de Asturias» a su ubicación en Luarca. Finalmente, fue un espacio de 36 hectáreas frente a Punta Escalar, en Caravia, el emplazamiento elegido. «Si la cofradía de Lastres la quiere, ¿por qué no la pone en el cabo de Lastres?», expone la alcaldesa caraviense, Salomé Samartino. Su inquietud pasa por los posibles efectos de la planta de moluscos bivalvos en sus playas, como el Arenal de Morís. «Si empiezan a reventar esos tubos el perjuicio es para las empresas turísticas, que es de lo que vivimos aquí», indica la regidora del municipio, en el que no existe puerto ni cofradía de pescadores.
El malestar se comparte en el vecino municipio de Ribadesella, que teme por las consecuencias en su sector pesquero. «Se machaca a la industria turística y a los marineros, acotar una zona tan grande a los pescadores de Ribadesella, que ya están limitados por el área de protección de El Cachucho, es hipotecar el futuro de ambos sectores», lamenta la regidora Charo Fernández. La alcaldesa insta, además, a instalar la mejillonera en Colunga. «Si es tan buena que la coloquen delante de Lastres», apunta.
Para la Coordinadora Ecologista «lo sorprendente es que Colunga presione para que se ponga una mejillonera en Caravia». Tanto ayuntamientos como ecologistas y pescadores insisten en que de resultar favorable el recurso que Mar Abierto S. L. interpondrá en los próximos diez días para suspender el estudio de impacto ambiental, volverán a presentar alegaciones. Por el momento, las registradas hace justo un año «siguen sin respuesta». señala Pontigo.