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Perlada Castaña. La Clossiana selene es una mariposa propia de prados de siega, como este de la zona de Pandébano. AMPARO MORA
La extensión del matorral amenaza a las mariposas de los Picos de Europa

La extensión del matorral amenaza a las mariposas de los Picos de Europa

El Parque Nacional, con 137 especies, es uno de los espacios más ricos de todo el continente. El cambio climático y de usos acechan ahora sobre la diversidad

GLORIA POMARADA

cangas de onís.

Domingo, 19 de abril 2020, 00:40

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Los Picos de Europa ocupan apenas un 0,1 % de la península, pero en sus 67.455 hectáreas están presentes seis de cada diez mariposas existentes en toda la superficie ibérica. Las 137 especies inventariadas en el Parque Nacional lo convierten así en uno de los territorios más ricos en ese tipo de insectos tanto de España como de Europa. Detrás de esos datos están las siete temporadas de trabajo desarrolladas por la Red de Seguimiento de Mariposas, con la bióloga y técnico en el Área de Conservación del Parque Nacional, Amparo Mora, al frente. «El de mariposas es el grupo con más diversidad, Picos de Europa es un sitio de un valor natural excepcional a nivel europeo», destaca. Uno de los motivos que explican esa riqueza se encuentra en unos «manejos tradicionales que se han mantenido». Es por ello que su progresiva desaparición pone también en jaque la variedad de mariposas de Picos, sometida a dos amenazas: el cambio climático y el de usos del espacio. «El abandono de los pueblos y del manejo tradicional hace que todo se cubra de matorral y de bosque, las mariposas necesitan espacios abiertos, como los prados de siega», indica Mora. Una de las especies en las que más repercute esa realidad es la Lopinga achine, la «mariposa bandera» del enclave protegido. «Es muy escasa y está ligada a los prados de siega», apunta Mora.

Las mariposas son además frágiles ante el cambio climático. Ese fenómeno se manifiesta en el Parque Nacional mediante la alteración de condiciones, por ejemplo, en alta montaña. «El manto de nieve, que da protección a las especies, cada vez dura menos», evidencia. La nota positiva es que en Picos apenas están presentes especies invasoras, pues «donde hay hielo se detienen». «Solo el Taladro del geranio está en algunos sitios», explica la bióloga.

Para llegar a esas conclusiones, guardas y guías del Parque Nacional desarrollan un trabajo de campo que les ha permitido realizar un inventario desde cero, pues ni siquiera existía un listado completo relativo al Parque. Esos datos que han ido acumulando permiten a su vez detectar tendencias y establecer comparativas con otras zonas al formar parte de la red nacional BMS-España y la red europea e-BMS. «Son procesos que se dan en otros sitios, el abandono de las prácticas tradicionales ocurre en toda Europa», señala.

Visitantes ingleses

En 2019, la red de Picos mantuvo nueve transectos activos, cada uno representativo de un ecosistema. El trabajo de seguimiento, de 191 horas concentradas en cinco meses, permitió elaborar 74 censos y detectar algún caso curioso, como la aparición en julio y por encima de los mil metros de una «fuerte migración de Vanessa cardui, coincidiendo con una ola de calor sahariano». «Pudo haber pasado antes, pero no había nadie mirando», explica la bióloga. Mora estima que en sucesivas campañas no se seguirán añadiendo especies a la relación, pero la vocación de futuro es la de continuar con el trabajo, pues es a largo plazo cuando los resultados adquieren mayor relevancia. «En Inglaterra, llevan cincuenta años siguiendo mariposas», ejemplifica. De ese país, con gran afición a los lepidópteros, proceden además los pocos visitantes que participan en actividades de observación. «Lo ofrecen guías, pero es algo muy minoritario», dice.

Reto de futuro es también que esta experiencia, que contó con el Parque de Picos como parte fundadora, se extienda ahora a más espacios protegidos, tanto nacionales como naturales. En la tarea resulta fundamental la implicación del personal, en el caso de Picos integrado por ocho guardas, dos guías y la propia Mora. «Otros compañeros no participan directamente, pero nos apoyan, nos acompañan o realizan otras tareas para liberarnos y dejarnos tiempo para esto», agradece.

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