Los ganaderos piden la paralización del proyecto del pigargo en Ribadedeva

«Basta ya de reírse del sector ganadero. Con el lobo ya hicieron lo que les dio la gana y el proyecto del pigargo hay que intentar pararlo cuando se puede, porque vemos que entró por la puerta de atrás». La denuncia la lanza la asociación de ganaderos y agricultores Ganagri, que solicita la paralización del programa puesto en marcha este verano en Ribadedeva por el Ministerio para la Transición Ecológica y la asociación Grefa, en colaboración con Principado, Ayuntamiento y Cantabria. En el Consistorio ribadedense depositaban precisamente esta semana el documento de la solicitud, respaldado por las 560 firmas reunidas entre Llanes y Colombres. Desde la asociación consideran que el proyecto «no es experimental y está en ejecución desde el primer día» y estudian de hecho emprender acciones legales. Entre ellas en el ámbito urbanístico, pues sostienen que las instalaciones para los pigargos «obtuvieron permisos cerca de la costa en un tiempo récord». «Ya nos gustaría que fuese así para todos», denuncian.

El malestar de los ganaderos está relacionado con el impacto que el pigargo pueda generar en sus animales. Denuncian en ese sentido que en zonas donde fue reintroducido, como Escocia, se producen daños a las reses y ante la duda de que en Asturias «pueda afectar, queremos tener un protocolo». «El daño, si lo hay, no sabemos si lo van a indemnizar», apuntan desde Ganagri. A pesar de que en los últimos meses, la asociación ganadera y Grefa, gestora del proyecto, llegaron a reunirse para acercar posturas -con el Ayuntamiento de Llanes como intermediario- el entendimiento no se produjo finalmente.

Desde Ganagri solicitaron además información al ministerio, cuyas respuestas tampoco les convencen. Entre las quejas planteadas estaba precisamente el que «no existió un verdadero diálogo para tener en cuenta la opinión del sector ganadero de la zona circundante». En la respuesta, con fecha de este mismo lunes, desde la dirección general de Biodiversidad indican que «no se tiene constancia de que la presencia de pigargo tenga repercusiones significativas sobre el aprovechamiento ganadero, de acuerdo con las conclusiones recabadas hasta la fecha en distintos proyectos de reintroducción acometidos en otros países europeos». Precisan, no obstante, que «la evaluación de esta posibilidad de afección a la actividad ganadera será uno de los objetivos principales del ensayo experimental que ahora comienza».

Ganagri afea además que no haya existido un periodo de información pública, a lo que el ministerio les replicó que no se realizó porque las actuaciones «no corresponden a un programa de reintroducción». Entre las cuestiones planteadas figura también la económica, que desde la dirección general dicen desconocer en lo que atañe al «conjunto de costes asociados a la iniciativa de liberación experimental de ejemplares de pigargo europeo en el norte de España, así como la posible participación financiera de otras instituciones o colectivos». Sí indican que «han aprobado un encargo a la empresa pública Tragsatec» de 358.543,42 euros para «el desarrollo de parte de las actuaciones incluidas en la fase de evaluación de la liberación experimental» entre 2021 y 2023. Desde Ganagri afean el desembolso público y, según sostienen, ellos mismos «saben que no va a funcionar». Como ejemplo aluden a que, tras las primeras liberaciones, vieron ejemplares «posados en la barrera de la carretera», por lo que auguran que «va a haber atropellos».

Pese a sus denuncias y peticiones, el ministerio sostiene que «no se ha incumplido la legislación vigente, al tratarse de un ensayo experimental» . Según consta en el mismo documento de la dirección general de Biodiversidad «no procede interrumpir la iniciativa en marcha en las circunstancias actuales».

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