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Merendero en Arriondas

La Güesal, un sueño a punto de ahogarse en la burocracia: «Solo queremos trabajar»

Dos jóvenes emprendedores que reabrieron el mítico merendero de Arriondas se enfrentan a una orden de cierre inmediato por un supuesto problema en el acceso al parking, un acceso que lleva en uso desde 1977

Viernes, 6 de junio 2025, 20:44

Hay lugares que son más que un negocio; son parte del paisaje y de la memoria colectiva. La Güesal, el mítico merendero situado en plena carretera nacional camino de Arriondas, es uno de ellos. Hace un año, dos jóvenes, Lucas Castaño y Diego Menéndez, decidieron apostar por él, cargados de ilusión y ganas de trabajar. Reabrieron sus puertas y devolvieron al Sella el eco de las risas y el bullicio estival. Hoy, ese sueño está a punto de convertirse en una pesadilla burocrática que amenaza con echar el cierre definitivo a su proyecto y dejar en la calle a diez trabajadores ya contratados para la inminente temporada de verano.

El golpe llegó de la manera más inesperada. Una notificación de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias les instaba al «cese inmediato de la actividad». El motivo: el acceso al aparcamiento del merendero, que cruza la N-634, una vía con un tráfico diario de más de nueve mil vehículos. La administración lo considera no autorizable por un supuesto «cambio de uso» que los propios dueños no entienden.

«Nosotros lo único que solicitamos fue una autorización para pintar y acondicionar las carpas existentes, nada más», explica con impotencia Lucas Castaño. «En ningún momento mencionamos el acceso al parking. No entendemos por qué, a raíz de una petición para pintar, nos deniegan el uso de un acceso que lleva funcionando desde que se abrió el merendero en 1977. El año pasado estuvimos abiertos y nadie nos dijo nada».

La situación se vuelve aún más surrealista cuando se mira al pasado. En el año 2012, los anteriores propietarios solicitaron una licencia para ampliar las entradas del aparcamiento, y les fue concedida. «Es una paradoja», lamenta Lucas. «A ellos les permitieron hacer más grande el acceso y a nosotros, que no hemos pedido tocarlo, nos prohíben por completo y encima diciendo que se va a hacer otro uso que no entendemos porque eso no es así. No tiene ninguna lógica».

La notificación les llegó justo antes de Semana Santa, pero decidieron no hacer ruido y confiar en la vía administrativa. «Presentamos un recurso de alzada, pero ha pasado más de un mes y seguimos sumidos en el más absoluto silencio administrativo. No sabemos qué hacer, a qué atenernos. Tenemos diez familias que dependen de este trabajo, la temporada alta está aquí y nos vemos abocados al cierre».

Ante la impotencia y la falta de respuestas, Lucas y Diego decidieron romper su silencio y contar su historia en un vídeo a través de las redes sociales. La respuesta ha sido abrumadora. «Hemos recibido un apoyo increíble de la gente que viene al merendero, de los vecinos, de todo el mundo. Por eso decidimos no callarnos más, porque esta situación no la entendemos y decidimos hacer un vídeo en redes sociales», afirma Lucas con la voz cargada de frustración.

Su mensaje es simple y directo, un ruego que resuena con la fuerza de quien solo quiere una oportunidad. «Nosotros solo queremos abrir y trabajar. Hemos invertido nuestro esfuerzo y nuestro dinero en este proyecto, hemos creado puestos de trabajo y lo único que pedimos es que nos dejen seguir adelante. Que no ahoguen un negocio histórico y el futuro de diez familias por una decisión que nadie es capaz de explicarnos». La Güesal, un emblema del verano en el Sella, espera ahora una respuesta que decida si su historia continúa o se apaga en un mar de trámites incomprensibles.

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