La rehabilitación de San Cipriano permitirá abrir este año las instalaciones deportivas

Cerrado desde hace trece años, el antiguo instituto de San Cipriano, en Infiesto, da sus primeros pasos para recuperar la actividad. En esta nueva etapa, ya sin uso educativo, será transformado por el Ayuntamiento de Piloña en un centro de desarrollo cultural, social, deportivo y de emprendimiento. «No solo es rehabilitar, sino crecer y tener unas instalaciones de primer nivel», explicó ayer el alcalde, Iván Allende, durante la visita al complejo con motivo del inicio de las obras. En esta primera fase, los trabajos serán desarrollados por el taller de empleo, que recuperará el viejo gimnasio y los talleres antaño ocupados por los ciclos formativos. La inversión global -procedente de administraciones superiores y fondos municipales- alcanza los 400.000 euros y, a la par, el Consistorio ultima la adjudicación de las obras que permitirán construir una nueva bolera detrás del gimnasio. De ese modo, las instalaciones deportivas serán las primeras en recuperar su uso, según las previsiones ya este mismo año.

Allende recordó que el proyecto es más ambicioso e irá completándose en sucesivas fases. «Este es el primer paso y los proyectos son muchos. Va a durar unos cuantos años», adelantó. El siguiente paso que se plantea es la rehabilitación del ala izquierda del edificio principal, para lo cual han solicitado una ayuda de 1,5 millones a los fondos de Transición Justa, aún sin respuesta pero cuya resolución se prevé inminente.

Sobre la mesa está también crecer más allá del actual complejo, bien en propiedades de esa misma zona de San Cipriano que ya son de propiedad municipal o en terreno que «se podría ir adquiriendo». «Este es un sitio espectacular», subrayó Allende.

Desde que el uso educativo cesase en 2010, tras la reagrupación del IES de Infiesto en el complejo del Paseo del Sol, el Ayuntamiento tuvo que recuperar la propiedad de los inmuebles, en manos del Principado. Pese a que estructuralmente el complejo se encuentra en buen estado, el problema surgido en estos últimos años ha sido el del vandalismo. A los destrozos se suman la desaparición de las ventanas o de cableado eléctrico. Por ello, precisó el alcalde, la meta de ir dotando de actividad a San Cipriano es también «evitar todos estos actos vandálicos».

«Es una pena que lo hayan destrozado, hubo mucho vandalismo», apreció Manuel Ángel Sastre, uno de los integrantes del taller de empleo. «Hay mucho por hacer porque está destrozado», coincidió Noemí Saavedra. Como novedad, y dada la envergadura de la obra, el taller de empleo contará este año con doce participantes, en lugar de los ocho de ediciones anteriores.

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