«Es una satisfacción defender una tradición en la que somos muy pocos»

A su «güelu» Paulino dedicó precisamente José Luis Alonso el premio nacional, pues sin él «no sería posible» haber llegado a contar con su propia quesería, la de Uberdón. «Me enseñó a respetar el producto y este modo de vida, en el que somos muy pocos los que quedamos», explicó el joven durante el acto, celebrado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Destacó además que es una «satisfacción defender una tradición» como la del queso Gamonéu. Por ello animó a los jóvenes a apostar por el sector, pues «lo tenemos todo, solo es empeño y dedicación».

El presidente de la Real Academia de Gastronomía, Luis Suárez de Lezo, ensalzó durante su intervención el papel de jóvenes como el cangués, quien «con 28 años elabora uno de los mejores quesos de España» y es un modelo para mostrar a las nuevas generaciones cómo el sector «tiene mucho futuro». «Vuestro trabajo es símbolo de la riqueza y de las posibilidades que tenemos por delante», trasladó al conjunto de premiados. Junto a José Luis Alonso, el palmarés de esta edición lo completaron en sus seis categorías Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch, con un galardón ex aequo a mejor jefe de cocina; así como Raúl Miguel Revilla como mejor sumiller y Sara Fort como mejor directora de sala. Para Hilario Arbelaitz fue el premio nacional 'Toda una vida', para Amaya Cervera el de mejor comunicación gastronómica y para el estudio Cordioprev el de investigación e innovación gastronómica. Todos ellos, dijo el presidente, son los «mejores embajadores» y suponen una «buena representación del momento de excelencia que vive nuestra gastronomía».

La Real Academia de Gastronomía concede sus premios desde 1974 y los siete ayer entregados se suman a una lista integrada por 379 reconocidos anteriormente.