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La tradición se impone en la Castaña de Arriondas
Hortensia González fue la vencedora por séptimo año consecutivo de un certamen con más de mil kilos a la venta
gloria pomarada
Domingo, 14 de noviembre 2021, 18:55
La tradición de las castañas sigue viva en Parres, donde este domingo el certamen consagrado al otoñal fruto alcanzó su trigésima edición demostrando que el año en blanco forzado por la pandemia no ha restado ni entrega ni ilusión a los cosecheros. Pese al descenso en cifras, con más de mil kilos de fruto y un centenar de puestos en todas las categorías frente a los 1.200 kilos y los 130 estands de la última edición, en el recinto instalado en la plaza Venancio Pando se evidenciaron desde primera hora las ganas de recuperar la normalidad perdida en el último año y medio. Tantas eran las ansias de regresar al certamen que la familia Peón González, de Huexes y todo un referente de la cita, acudió con una puesta en escena a la que solo terminó eclipsando la lluvia de premios. Por séptima ocasión consecutiva, Hortensia González se alzó con el primer premio en la categoría de castañas, mientras que su hija Charo Peón recibió el de productos de la huerta. «Hace la misma ilusión de siempre. Intentamos mejorar cada año», confesó Hortensia, que puso a la venta más de 500 kilos de castaña. A despachar la ayudaron, como es tradición en la familia, sus nietas Denís, Mara y Miriam. «Tenemos mucha unión por el campo», destacó la joven Denís Martínez, estudiante de Medicina convencida de que continuará el legado familiar de las castañas, aunque sea como «hobby». La decoración del puesto la firmó Rafael Peón y su hermana Charo se encargó de los productos de la huerta, también galardonados. «El secreto es trabajar mucho, pero también el cariño y la presentación», compartió. Cada año, abundó, busca también «innovar» mediante nuevos cultivos como chayota, mano de Buda o caviar cítrico, que suman a los habituales tomates, patatas, maíz, fabes o cebolla. Acudir con tal despliegue al mercado supone «mucho trabajo y horas sin dormir, pero hay que hacerlo por el pueblo para que esto no acabe», compartió Charo Peón.
En cuanto a la castaña, la apreciación de los Peón González es que esta temporada se retrasó, hasta el punto de que «todavía hay oricios arriba», en los árboles. «La castaña necesita aire y no hubo casi días», explicaron. Las condiciones meteorológicas de los últimos meses fueron la explicación apuntada por el conjunto de participantes sobre las características que presenta este año la castaña, más tardía y menuda, pero con una calidad similar. «Es algo más pequeña, pero muy sabrosa», apuntó Luis Pérez, de Lugones, que puso a la venta 150 kilos. Los precios oscilaron entre los cinco euros de la castaña normal y los nueve de la valduna y otra de las apreciaciones compartidas fue que las ventas disminuyeron respecto a ediciones anteriores. La más demandada fue la valduna y algunos, como Cristina Canal, de Nava, la agotó ya el sábado. «La gente no le da valor, pero cuesta mucho apañalas y estás comiendo algo bueno. Caras no son», sostuvo Rosa Rivera, de Amieva.
Con puesto propio se estrenaron Claudia y Cristina Fernández, vecinas de Fuentes de 11 y 7 años. Además de las castañas, el producto estrella fue la sidra dulce, contaron las pequeñas cosecheras, que calculadora en mano fueron cerrando ventas de la amplia variedad de productos ofertados, desde paquetes de nueces a mermeladas, todos ellos con una cuidada presentación y bajo el sello de 'El puestín de Clau y Cris'. Las niñas siguen así la tradición de su madre, Laura Celorio, habitual del certamen que puso a la venta 30 kilos de castaña y productos de la huerta.
En la categoría de producción ecológica, el primer premio fue para Mario Álvarez, de Villaviciosa, quien desplegó en su estand patatas, tomates, cebollas, fabes, manzanas, calabacines o pimientos picantes. «El premio siempre anima a continuar. Se vendió bien, la gente sobre todo preguntó por las castañas», explicó el productor, que forma parte de una cooperativa.
Además de los productos de la tierra, la oferta de este fin de semana abarcó en el centenar de puestos desde quesos a los licores, panadería, joyería o artesanía. En esa última categoría fue reconocido con el primer premio José Luis Santos, piloñés afincado en Arriondas que regresó al certamen tres décadas después de su primera participación. «Empecé en mercados, pero luego lo dejé y ahora que estoy medio jubilado retomé la afición», contó. A sus maquetas de hórreos, cabañas de la zona oriental y teitos dedica «muchísimas horas» de trabajo, pues «todo está hecho a mano». Solo el tejado de un hórreo requiere de 700 tejas, hechas «una por una». «Esto no está pagado, tiene que ser para alguien que lo aprecie», señaló. El mejor puesto de talla de madera fue por su parte el de María José González, de La Felguera, que acudió con enseres elaborados por su padre, Amado González, ya fallecido. «Me gusta mostrar su trabajo», explicó.
La de este domingo fue también una jornada especial para Balbina Martínez y José Luis Corteguera, matrimonio de Monte Alea homenajeado con el título de Paisanos del Año. A sus 85 y 87 años, tras 64 casados y toda una vida dedicada al campo, son el ejemplo de la vitalidad y siguen incluso manteniendo su propia huerta y animales como gallinas, dos vacas y dos xatos.
El palmarés en la categoría de castaña lo completaron Hortensia González (1º), Luis Pérez (2º), Laura Celorio (3º), María Antonia Poladura (4º) y Cristina Canal (5º). En la huerta Charo Peón (1º)María Dolores Álvarez (2º), María del Carmen Santos (3º), María Antonia Poladura (4º) y Laura Celorio (5º). En productos ecológicos Mario Álvarez (1º) y África Rojas (2º), en artesanía José Luis Santos (1º), Francisco Javier Sierra (2º) y Rosa Longo (3º) y en talla de madera María José González (1º) y Rosa Parajón (2º). La mejor repostería profesional fue la de Arturo Suárez (1º), Confitería Aimar (2º) y Casa Antón (3º) y la de aficionados la de Yolanda Piñera (1º), María Isabel López (2º) y Ángeles Piñera (3º).