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Imagen del refugio, a los pies del Urriellu, a principios del pasado mes de diciembre. Refugio del Urriellu
El Urriellu bate records

El Urriellu bate records

Este refugio y cierra la temporada con «menos accidentes y más visitantes» | El guarda de este y del de Jou de los Cabrones, Sergio González, asegura que «los escaladores están más preparados que nunca»

LAURA CASTRO

CARREÑA.

Domingo, 7 de enero 2018, 00:53

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Los refugios del Picu Urriellu y Jou de los Cabrones bajaron el telón del 2017 con unos datos positivos que se resumen en un incremento de los visitantes y una reducción de los accidentes. Así lo asegura uno de sus guardas, Sergio González Bada. Lleva 16 años al frente de los dos refugios y asegura que «es realmente positivo que cada vez haya más visitantes en las zonas de los Picos de Europa, gracias al crecimiento del turismo en todo Asturias, y que esa subida se corresponda con un descenso de los accidentes». Significa que las cosas se están haciendo bien, tanto por parte de los guardas como por parte de los montañeros, escaladores y senderistas.

«En la zona de Torrecerredo, donde otros años se han producido muchos accidentes, este año no hemos registrado ninguno. En el Urriellu, tres y solo uno de gravedad», detalla González. Este último tuvo como protagonista a un escalador austriaco, «con muchos años de experiencia» en este deporte, quien sufrió una caída «bastante aparatosa» en la cara este del pico que le produjo «lesiones importantes». Según recuerda el guarda, «tardó bastante tiempo en recuperarse».

Aunque González asegura que «los escaladores nunca han estado tan bien preparados como ahora», señala que factores como la mala suerte y los errores pueden conducir a un accidente grave. Por eso incide en la importancia de estar bien equipado -con casco, crampones y piolets como principales herramientas- y prestar mucha atención a la actividad que están practicando a más de 1.700 metros de altitud. Especialmente, durante los meses más cercanos al invierno, cuando todavía no hay nieve en abundancia, pero sí bastante hielo que provoca mucha inestabilidad. «Siempre recalcamos que todo el mundo extreme la prudencia y esté atento al más mínimo detalle. Un error en el Urriellu puede resultar fatal», subraya González.

Remarca, no obstante, que la mayoría de los accidentes de montaña se producen en la zona media, por debajo de los 1.500 metros de altitud. «El senderismo se está poniendo de moda, cada vez más, pero los caminos están llenos de vegetación o mal señalizados y la gente se pierde o se enrisca. O no saben seguir o no encuentran el camino de vuelta», explica González, quien asegura que son las consecuencias «normales» de practicar un deporte de montaña. Por eso hace, en general, un balance «muy positivo» de toda la temporada y no duda en destacar que «cada año, es mejor que el anterior».

Proteger el medio

Los seis trabajadores del refugio del Picu Urriellu y los cuatro del Jou de los Cabrones inciden cada año en la importancia de cuidar el medio en el que desarrollan su actividad. Este año, por primera vez, han notado que sus normas se cumplen al pie de la letra. «No hemos tenido que hacer evacuaciones, que cuestan un dineral, porque la gente que ha venido este año ha sido muy prudente. No han tirado papel higiénico en el servicio y han seguido todas nuestras indicaciones», recalca González, quien confiesa entre risas que «los carteles y las campañas de concienciación y machaque dan sus frutos».

Desarrollan un trabajo «rutinario» en el refugio, que según explica este guarda puede dificultar el periodo de adaptación de los más nuevos. Sin embargo, no dudan en apoyarse unos a otros para «levantar el ánimo y mantener un clima de armonía». Durante la temporada alta trabajan en turnos de diez días y descansan cinco. Es cuando más visitas reciben los refugios, pues a los escaladores les da seguridad pensar que alguien vela por ellos. «Siempre estamos ojo avizor, por eso queremos saber dónde van y qué planes tienen para el día. Si no regresan en un tiempo prudencial, damos aviso para que se inicie su búsqueda», afirma González Bada.

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