Oviedo pide más esfuerzos porque los «derechos de las mujeres no se confinan»

Fue esta última quien pidió «respetar a todas las mujeres del mundo» en una situación marcada por la pandemia. Sus inicios son casi simultáneos a la plantación del primer árbol del bosque de la igualdad, ubicado en la parte trasera de la biblioteca de La Granja. En estos doce meses ha crecido y ayer se sumó un centro de flores de diferentes colores.

El acto permitió «celebrar y a la vez reivindicar la igualdad entre las mujeres y los hombres» con el objetivo de crear «una sociedad justa», tal y como se refleja en el manifiesto elaborado por el Consejo de Igualdad creado hace un mes y donde todos los colectivos implicados, excepto el grupo municipal de Vox, dieron el visto bueno al texto.

Con él mostraron su agradecimiento a las «luchadoras que nos precedieron y recorrieron el camino que nos trajo hasta hoy», pero aún faltan pasos por caminar. «Urgen soluciones a la precarización laboral, la brecha salarial y el techo de cristal», pidió Sonia de Paz, de Mujeres en Igualdad de Asturias, quien recordó que la carrera profesional de las mujeres «aún está llena de obstáculos».

En especial, pidieron «unas condiciones laborales dignas y retribuciones justas para las trabajadoras en el sector de los cuidados y recordaron que la tasa de paro en Asturias es cinco puntos más alta para ellas que para ellos. «La pandemia nos ha mostrado en toda su crudeza la realidad de las personas mayores, un colectivo en el que las mujeres somos una mayoría muy significativa» al estar a su cargo, defendió María Melendi de la asociación Cum Laude.

También pidieron al Ayuntamiento un «compromiso real de trabajo y acción para afrontar la violencia machista y avanzar en su erradicación» para hacer de Oviedo una ciudad «que no tolere las agresiones sexuales» y se fomente una educación «para la igualdad». «Que no sea solo en igualdad», concluyó Yasmina Álvarez de la asociación Ecofeminista Petra Kelly.

De forma simultánea, una veintena de mujeres participaron en la concentración convocada por el Sindicato de Estudiantes y el movimiento Libres y Combativas en la plaza de La Escandalera. La violencia machista centró los ataques verbales de las manifestantes. No obstante, las críticas también fueron a Vox y el PP, incluso para el Gobierno de coalición, con el que pensaban que «la cosas cambiarían».

«Por cuarto año consecutivo se han paralizado las aulas para denunciar esta pandemia machista», destacó Beatriz García, del colectivo Libres y Combativas. Las manifestantes sostienen que este año tienen «más motivos que nunca» para salir a la calle y «continuar la lucha».

«Estamos siendo atacadas por todos los frentes. Por un lado, la derecha y la extrema derecha imponiendo el 8M como el día de las víctimas de la covid, el pin parental y la protección de las manadas. También estamos siendo atacadas por la propia izquierda. El PSOE está criminalizando al colectivo trans en compañía de Hazte Oír», afirmó ayer Ana Díaz, del IES Monte Naranco.

Sostienen además que en las aulas «no ha cambiado absolutamente nada», siguen sin contar con una asignatura de educación sexual obligatoria. «Los jóvenes se educan en la cultura de la pornografía y la prostitución», apostillan.

Criticaron también a las fuerzas políticas que abogan por las concentraciones virtuales. El movimiento feminista pidió el posicionamiento de Unidas Podemos a su favor. «No pueden seguir avalando a este gobierno que nos criminaliza. La lucha debe continuar y en las calles, como ha sido siempre», recalcaron. En su discurso hubo una especial mención a aquellas mujeres que se han visto obligadas a vivir con sus maltratadores durante la pandemia.

La capital asturiana volvió a teñirse de violeta en la tarde de ayer. Decenas de personas, en su mayoría mujeres, se concentraron en al calle Uría, entre la plaza de La Escandalera y la esquina de la calle Toreno. En el medio, una 'performance' a modo de cementerio por las mujeres asesinadas el pasado año en España, entre ellas las asturianas Susana Criado y Lorena Dacuña. «Somos las voces de las que ya no tiene voz», afirmó Mila Garzo, del Movimiento Asturias Feminista.

También recordaron a las compañeras de Madrid, «a las que no se les ha dejado salir a la calle».