Pedro Sánchez vuelve a Asturias para atenuar la crisis de las infraestructuras
El presidente regional del PP reclama al presidente del Gobierno que «devuelva a Asturias las inversiones que nos ha robado»
El 29 de noviembre del año pasado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por el Rey, los presidentes de Asturias, Adrián Barbón, y Castilla ... y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el entonces recién estrenado ministro de Transportes, Óscar Puente, inauguró la variante de Pajares. Era un viaje en el que tras dos décadas de obras y aún más tiempo de planificación desde la idea inicial, los dirigentes políticos de una y otra parte de la cordillera hablaron de 'momento histórico' y de 'hito' de las comunicaciones. Fue un día de unanimidades, abrazos y celebración, en particular entre Barbón, Sánchez y Puente.
Este lunes, Pedro Sánchez repite visita a Asturias (acude al Hospital Central de Asturias, en Oviedo, que en junio, cuando Sánchez esté enfrascado en la campaña de las europeas, cumplirá 10 años de su apertura) en un escenario bastante más incómodo y con muchas piedras interpuestas desde entonces hasta ahora en el camino entre el Ministerio de transportes y el Gobierno del Principado. Una de ellas, inesperada, cuando el 15 de febrero, en la sede de la Presidencia del Principado el ministro Puente y el presidente regional hablaban de los horarios de los futuros trenes de alta velocidad a Madrid y el ministro indicó que desde Asturias saldría, a las 06.26 horas desde Gijón el segundo de todos los que lo hacen hacia la capital, porque, indicó, antes de las seis y 23 minutos de la mañana no se puede por tareas nocturnas de mantenimiento. Resultó no ser tal cual lo dijo el ministro y eso dio pie a la crítica tanto de empresarios –que quieren que el tren llegue a Madrid cuanto antes por la mañana para no perder el tiempo– como de la oposición, que insiste aún hoy en que una cosa es abrir la variante de Pajares y otra muy distinta es que la alta velocidad ferroviaria llegue efectivamente a Asturias hasta que, uno, los trenes no sean unidades de alta velocidad –los que empezaron a entregarse la semana pasado– y, dos, hasta que el trazado de alta velocidad no llegue a Oviedo, Gijón y Avilés.
Luego vendrían, entre otros roces, la paralización de las obras del nudo de Serín de la 'Y', los retrasos en la entrega de los trenes de alta velocidad y, muy en particular, la decisión del Ministerio de Transportes de paralizar el proyecto para la construcción del vial de Jove, en Gijón, que fue la gota que colma el vaso para Asturias, a consecuencia de la cual han comenzado a escucharse, incluso entre los socialistas asturianos voces que hablan del ninguneo a esta región. Todo, además, en un momento político complicado para Sánchez, presionado por los partidos nacionalistas y los compromisos adquiridos para mantener su apoyo.
Borrell y los demás
La situación se ha ido tensando, porque Barbón tuvo que ponerse del lado del Ayuntamiento de Gijón (gobernado por Foro y PP) en el conflicto del vial de Jove, una obra tasada en 285 millones de euros que el Gobierno central ha paralizado por motivos técnicos tras muchos años de espera, dando así a la oposición pólvora fácil para sus cañones.
Tan tensa se llegó a poner la situación que Barbón se vio en la necesidad, la semana pasada, de salir en defensa de la ejecutoria del actual ministro de Transportes, Óscar Puente, siquiera sea porque «apenas lleva cuatro meses en el cargo». Pero no pudo por menos que reconocer que «el Ministerio de Transportes tiene un problema de credibilidad en Asturias», al punto de que «de Borrell hacia acá, los ministros de Fomento no han tratado a Asturias como se merece». Así las cosas, la visita de Pedro Sánchez al HUCA se produce en un momento en el que la mayor urgencia para los socialistas es rebajar el tono de la confrontación entre el Gobierno central y uno de sus únicos tres Ejecutivos autonómicos, el de Asturias.
Menos gestos, más inversión
El Partido Popular, en esta situación, tiene fácil la crítica. Su presidente regional, Álvaro Queipo, aprovechó este domingo la oportunidad para postular que «Asturias no necesita que Pedro Sánchez venga ni a hacer gestos ni a pasarnos la mano». Por supuesto, a Quipo la situación le parece de confrontación abierta entre los socialistas asturianos, de modo que interpretó la visita de Sánchez como la de alguien que «viene a intentar poner paz entre los asturianos y su gobierno», algo que, en opinión del presidente popular «va a estar complicado» ante los «innumerables incumplimientos que el Gobierno central mantiene con Asturias».
Por ello, Queipo postula que los asturianos «no necesitamos que Sánchez venga a hacer gestos ni a pasarnos la mano. Necesitamos que venga con las inversiones que, por otra parte, nos han robado en las últimas semanas y en los últimos meses». Por ello, instó a Sánchez a «tener la audacia suficiente para llegar» este lunes a Oviedo «con algo más que sonrisas y fotografías» y para que aproveche su estancia en Asturias para «anunciar alguna inversión importante» para la región. «Sería lo menos que Pedro Sánchez podría hacer después de saber que uno de sus ministros ha sido reprobado por el Principado de Asturias, el primer parlamento que reprueba a uno de sus ministros desde la celebración de las últimas elecciones autonómicas», sentenció.
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