«Es como un pellizquín»

Una de las citas más esperadas tanto por padres como por profesores era la vacunación de los más pequeños. Tras la aprobación de la inoculación de las dosis a los niños de entre cinco y doce años, Asturias comenzó con la profilaxis a los menores de once años. Así, al igual que con el resto de grupos de población, irán citando a los menores empezando por estos hasta llegar a los de cinco años.

En los puntos de vacunación habilitados en toda Asturias, los menores acudieron junto a sus padres para recibir la vacuna de Pfizer. Nervios, pero también ganas. Esas fueron las sensaciones de la mayoría de los niños que recibieron, al fin, su dosis. «No se nota casi nada; es como un pellizquín», comentó nada más recibirla, con su mano izquierda aguantando aún la gasa colocada en su brazo derecho, Pablo González, uno de los pequeños valientes que, aunque sin mirar, se dejó pinchar por los sanitarios en el AutoVac habilitado en el Hospital Monte Naranco, en Oviedo.

«Solo quedaba yo por vacunar en mi familia y tenía muchas ganas», aseguró Alejandro Moreno, para la «tranquilidad» de sus padres que se mostraron «encantados», pues parte de las fiestas las pasan en León y, ahora, viajarán más seguros. Uno de los más pequeños en recibir la dosis fue Nicolás González, de siete años, quien aprovechó que habían llamado a su hermano Marco y fueron juntos. «Lo que más miedo nos daba era el pinchazo, pero no dolió nada», comentaron estos dos hermanos.

«Muy nerviosa» se mostró Eloína Sánchez, que tiene «pánico a todas las vacunas». Ni siquiera acudir junto a Alejandro López le relajó «ni un poco». No obstante, ambos recibieron su dosis de Pfizer. Como ella, llegó Elsa López: «Estaba muy nerviosa, dolió un poco pero menos que otras vacunas que me han puesto». Ahora, toca esperar ocho semanas para recibir la segunda dosis.

En Gijón, Carmen Fernández, de 11 años llegó casi pegando saltos de alegría al Palacio de los Deportes, punto de vacunación del área sanitaria V. «Tenía muchas ganas de ponerme la vacuna para estar segura yo y la gente de mi alrededor», explicaba la niña. Su madre, Marisol Rodríguez, también confesaba que la llamada que recibió el viernes pasado para citar a su hija supuso «una alegría, porque la cosa no está muy estable y no teníamos claro cuándo iba a llegar la vacunación a los niños». El pinchazo es lo de menos: «Dolió algo, pero se aguanta bien», decía Roberto Delgado, también de 11 años. Tiene una hermana de 9 que está citada para el próximo martes y otra de 5 que deberá esperar, ya que son los últimos en vacunarse serán los asturianos de esta edad.

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