«No podemos convertir al oso en un nuevo lobo», dice Fernando Ballesteros

«No podemos convertir al oso en un nuevo lobo», asegura en referencia a la «mala imagen que tiene el lobo» por los problemas que genera su coexistencia con el ganado y la dificultad de acceder a ayudas que tienen los propietarios de las reses atacadas.

Para Ballesteros, la presencia del oso en Asturias supone numerosas ventajas «no solo por las obvias, como son la recuperación de la especie y la conservación mediambiental», sino, también, las económicas «como los ingresos que genera su atracción turística en los concejos oseros, el empleo que genera y la población que fija».

Entiende él que lo ocurrido el pasado fin de semana en Quirós, cuando una osa y sus crías entraron en una núcleo zoológico y mataron a nueve ejemplares de la granja, «es inusual. Lo habitual es que el oso provoque daños en panales y frutales. Es muy raro que ataque al ganado. Si lo come, lo hace cuando está ya muerto».

Sin embargo, da por cierto el hecho «está probado que fue una osa con sus crías», por lo que fue el primero en levantar la voz y pedir al Principado ayudas para el propietario del complejo rural afectado. «Es necesario que haya ayudas tanto por los daños, como para que pueda instalar un cierre que evite nuevas entradas».