Preocupación en el turismo rural: «Tenemos menos turistas que antes»

«Tenemos menos turistas que antes». La alerta que saltó con los datos de 2022, cuando el sector turístico asturiano batió todos los récord, pero en el que el turismo rural sufrió un parón, no ha dejado de sonar en lo que va de año.

En los primeros seis meses del año (los últimos datos cerrados) casas y hoteles rurales alojaron a 98.282 personas y comercializaron 243.795 estancias. Unas cifras mejores que las del año pasado -hubo 83.346 turistas y 218.573 estancias- pero que no llegan a los obtenidos en 2019. el año antes de la pandemia la oferta rural alojó en el primer semestre a 107.313 personas y comercializó 268.109 estancias.

«Este verano no va a ser mejor que el prepandemia», confirma Ana Soberón. La presidenta del Clúster Rural fue la primera en alzar la voz para pedir «comercialización del producto». Su petición fue respaldada por Noelia Esteban, propietaria de una casona asturiana. «Está muy bien promocionar el destino, pero hay que crear paquetes para estancias turísticas».

En su opinión, «los hoteles rurales no podemos competir en precios con los urbanos, porque nuestros costes son muy altos», lo que lleva a que «este año vemos que la gente no quiere tanto al turismo rural», lamenta Ana Llano.

La vicepresidenta de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur) confía en que «el público venga en otoño», porque este verano «julio fue malo y de agosto hablamos de lleno en quince días, no más». Apunta, también, hacia las viviendas de uso turístico. «Hay que regularlas».