El presidente de la Fade llama a cumplir la restricción: «Si es adecuada, hay que acatarla»

De llevarse a cabo un toque de queda, como se anuncia, no parece que vaya a contar con la crítica del principal partido de la oposición y tampoco del empresariado asturiano. Al menos en el fondo. La forma ya es otra cosa. Tras un encuentro entre el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) y la presidenta del PP en Asturias, Teresa Mallada, recientemente nombrada por la dirección del partido tras un año de interinidad, Belarmino Feito señaló que «no sabemos si esta medida es la adecuada o no pero si lo es, habrá que acatarla». De hecho, afirmó que, dado que no disponen de los mismos informes que el gobierno, no puede concluir si «la actividad nocturna es la que supone o no el foco».

Más crítica fue la presidenta del PP. Y no tanto por la medida, que pidió que «se explique bien», sino por el vacío que están recibiendo por el gobierno regional. «Me sorprende que en la primera fase cuando Barbón creía que lo tenía todo controlado, nos llamaba (a los grupos parlamentarios), y ahora que la situación es complicada, ni nos llama ni tiene conversaciones con nosotros», recalcó Mallada. En este sentido, la dirigente popular exigió que «ante medidas contundentes, como esta, debería tener la deferencia de comentarlo con la oposición». Además, Mallada exigió que «que las medidas sanitarias vayan complementadas con medidas que permitan mantener la actividad económica».

En la misma línea, Feito indicó que las medidas sanitarias «no se deben cuestionar», pero su se deben arbitrar medidas que permitan la actividad económica que ya está muy tocada. «Se trata de buscar un equilibrio entre «preservar la actividad económica y mantener la salud de las personas», insistió el representante de los empresarios, que agradeció a Mallada la reunión y deseó «mucha suerte porque las circunstancias que vive Asturias, tanto sanitarias como económicas son realmente graves».

El presidente de la patronal regional reclamó una vez más que se sitúe a las empresas y los empresarios del Principado en el centro de las políticas y del debate parlamentario porque, en su opinión, «de lo que pase con las empresas dependerá el futuro de Asturias».