La primera EBAU a la que se puede ir con un suspenso reunirá a 4.407 estudiantes en 16 sedes

A eso hay que añadir que esta será la primera ocasión en la que se puede acudir a la selectividad con una asignatura de Bachillerato suspensa, tal y como recoge el decreto de evaluación y promoción de la LOMLOE. No obstante, la consejera de Educación ya ha explicado en otras ocasiones que es algo que ya sucedía en los centros y que lo que hace la nueva ley es regular esas situaciones.

Sea como fuere, la matrícula para la EBAU -una prueba en la que colaborarán unas 300 personas- ha bajado. Se han inscrito 422 alumnos menos que el curso pasado, cuando fueron 4.829. Ignacio Villaverde achacó esta circunstancia al «invierno demográfico» que sufre Asturias.

La segunda novedad es que, gracias al «respiro» que ha dado la pandemia, la EBAU regresa a sus sedes tradicionales, esto es, instalaciones universitarias e institutos de Secundaria, tras dos años haciendo uso de polideportivos y otros lugares de grandes aforos. Serán un total de 16 sedes en Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, Langreo, Ribadesella, Cangas del Narcea, Tapia y Luarca. Pero, pese a esa 'tregua', la recomendación para los estudiantes va a ser que acudan con mascarilla, tal y como aconseja el Principado para los espacios cerrados con aglomeraciones de gente. Los exámenes tendrán lugar los días 8, 9 y 10. La convocatoria extraordinaria será los días 6, 7 y 8 de julio.

Tal y como se hizo el año pasado, se mantiene el aula hospitalaria, para que los estudiantes enfermos puedan realizar desde allí el examen. Los que sean positivos covid en las jornadas de la EBAU tendrán que hacerlo desde allí. Por otro lado, explicó Villaverde, se procurará que los alumnos con necesidades educativas especiales, que hasta ahora eran citados en una sola sede, pueden realizar la prueba en la que les corresponda, sin tener que desplazarse.

Y mientras se organiza la prueba de este año, las miradas están puestas en la de 2024, cuando habrá que adaptar ya la EBAU al nuevo modelo de enseñanza de la LOMLOE. El rector ha dejado clara su «preocupación»: «Que el sistema no pierda homogeneidad, uniformidad, para no generar efectos perversos».