El Principado de Asturias busca «una solución transitoria» para los juzgados de violencia sobre la Mujer de Oviedo
Asegura que es «muy importante y prioritario» solventar los problemas de falta de seguridad a las víctimas que desvela un informe del TSJA
Gijón
Martes, 25 de noviembre 2025, 08:57
Dos palabras se repiten. «Importante y prioritario» desde el departamento que dirige Guillermo Peláez, el consejero de Hacienda, Justicia y Asuntos Europeos. El Principado tiene claro que los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Oviedo tienen problemas estructurales. Los edificios no sólo no permiten acceso diferenciados para víctima y agresor, sino que, tal y como adelantó EL COMERCIO, un informe elaborado por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), «no se puede garantizar ni la intimidad ni la seguridad de las mismas». El problema está en los viejos edificios que ocupa, con pasillos estrechos y salas reducidas, así como un único acceso a los mismos.
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Consultado ayer por el informe del alto tribunal asturiano, desde el equipo de Pelaéz se subrayó que «tal y como ha comentado el consejero en la Junta General del Principado en varias ocasiones, estamos buscando una solución transitoria para la unificación de sedes judiciales de Oviedo y será dentro de esa solución, donde se considera como prioritaria la adecuación de espacios para el juzgado de violencia sobre la mujer». Y, de nuevo, «importante y prioritario».
De hecho, donde fue posible hacer obras, en el Palacio de Justicia de Gijón, se llevaron a cabo. No tiene esas carencias de espacio y de accesos diferenciadas el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón. En 2023, con fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y recursos propios, el Gobierno regional creó una nueva sede que costó casi medio millón de euros. Dos años antes, en marzo de 2021, se estrenó la primera sala gessel de Asturias. El juzgado especializado dispone de «un espacio independiente que permite a las víctimas declarar con mayores garantías de intimidad y seguridad». Y, sobre todo, «evitan que las mujeres se crucen con sus agresores».
El órgano judicial ocupa 265 metros cuadrados en un área independiente del Palacio de Justicia de Gijón. Cuenta oficina judicial, despachos, archivo y sala de espera y sala para la toma de declaraciones. Dispone de sistema de grabación y videoconferencia.
«Llevamos 30 años así»
Una preocupación que no ponen en duda las entidades especializadas, quienes lamentan que los tiempos de la Administración no vayan al ritmo del cambio social. Y, sobre todo, del cambio legislativo. Porque en la Ley Integral conta la Violencia de Género, la aprobada en 2004, ya especifica cómo deben ser los juzgados especializados en violencia sobre la mujer, unos que, desde el pasado 3 de octubre, tienen competencias, además, para todos los casos de violencia sexual, mutilación genital, trata de seres humanos con fines sexuales, matrimonios forzados y todo un largo etcétera que incluye, por ejemplo, la anulación de matrimonios canónicos. Todas las víctimas, ya sean mujeres obligadas a casarse, prostituidas o mutiladas , comparten pasillo y sala con sus agresores.
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«Llevamos 30 años así», lamenta la presidenta y fundadora del Centro de Atención a Víctimas de Agresión Sexual y Maltrato (Cavasym), Mariti Pereira, que también encabeza la Federación de Asociaciones de Asistencia a Víctimas de Agresión Sexual (Famuvi), se muestra «cansada de tener que decir siempre lo mismo. Eso que vemos en los juzgados de Oviedo no pasa solo ahí, también en otros de Asturias y en muchos de toda España».
Lamenta Pereira que eso «es el pan nuestro de cada día. Aunque hay una ley y toda una legislación en materia de violencia de género y violencia sexual, los juzgados actúan como actúan y las infraestructuras son las que son».
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Cree ella que «el Principado deberá tener alguna forma de actuar en los juzgados de Oviedo, porque, al final, es lo de siempre, la víctima es la que sufre que no se lleven a cabo las medidas legales establecidas».
Nada le gusta la situación tampoco a la presidenta de la Tertulia Feminista Les Comadres. Begoña Piñero, que encabeza una entidad que premia cada año a quien cumple en igualdad, y castiga a quien no lo hace, dejó claro que «las víctimas no deberían tener que compartir nunca ningún espacio con el agresor». y, apunta ello, mucho menos «en la sala».
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Desde Muyeres de la Escandalera, Flor Tejo considera «incomprensible que las mujeres que dan un paso para denunciar las agresiones y el maltrato que sufren se vean revictimizadas por las carencias que hay en los juzgados especializados en violencia de género».
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