El Principado «no descarta» llevar pacientes a otras comunidades

«No sabemos si necesitaremos nosotros camas en el futuro. Si algo hemos aprendido es que hay que ser muy prudentes, no echar las campanas al vuelo, a lo mejor la situación se pone tan mala en Asturias que es necesario». La presión asistencial de esta tercera ola, que aún no ha llegado a su pico, vuelve a amenazar al sistema sanitario asturiano.

Pese al incremento de camas, tanto de hospitalización como de cuidados intensivos, así como la diversificación de recursos para el tratamiento de los casos más leves, el presidente del Principado reconoció ayer que «estamos en una situación crítica». Tanto como para no descartar pedir ayuda a otras comunidades. «Como pasa en la Unión Europea, donde estamos viendo cómo pacientes de Portugal están siendo trasladados a otros países para ser tratados».

Las declaraciones del presidente llegaron tras el anuncio de la consejera de Salud de Castilla y León de que Asturias había ofrecido camas. Un ofrecimiento que no se ha producido porque, como aclaró Adrián Barbón, «no ha habido una petición oficial». No obstante, aseguró que «si el sistema sanitario de Castilla y León se colapsara, el resto de comunidades tenderían la mano. Asturias ya lo hizo, en la primera ola, enviando material a otras comunidades».

Pero, por el momento, la presión asistencial no permite prestar esa ayuda. De hecho, el Servicio de Salud (Sespa) iniciará el traslado forzoso «o voluntario» de personal sanitario de otras áreas sanitarias a la de Gijón, desbordada de casos en estos momentos, «así como personal liberado y jubilado».

De hecho, apuntó a que, por ahora, han sido «veintisiete los sanitarios liberados que se han vacunado, de los que ocho ya se han reincorporado a su trabajo asistencial». El Sespa «busca la fórmula» para recuperar «al personal jubilado».