«El Principado pagará el nuevo campus, que tiene que estar listo en 2030»
Ignacio Villaverde. Rector de la Universidad de Oviedo ·
«El compromiso es firmar antes de las elecciones un acuerdo. Y lanzar ya un concurso de ideas»OLGA ESTEBAN
OVIEDO.
Domingo, 26 de febrero 2023, 01:48
Es su despacho de trabajo, no el institucional, donde realiza siempre las entrevistas Ignacio Villaverde. Un despacho lleno de libros, fotografías y recuerdos. Entre ellos, ... una viñeta de Néstor, publicada por EL COMERCIO, que bromeaba sobre la talla de las chaquetas del rector y con la que Villaverde no duda en fotografiarse. Hoy se cumplen dos años desde su llegada al Rectorado de la Universidad de Oviedo. Y toca, él mismo lo reconoce, hacer «autoevaluación».
-Rector, dos años. No sé si han pasado lentos, rápidos o si se ha arrepentido...
-No, no, arrepentido nada. Como dicen en casa, yo aquí vine voluntario y es un honor inmenso ser rector de tu Universidad. Pero sí tengo la sensación de que han pasado demasiado rápido. Parece ayer cuando estaba pensando en cómo organizar este despacho...
-Hagamos balance.
-La mitad de mandato es un buen momento para autoevaluarnos y pensar si estamos acertando, dónde tenemos que mejorar... Porque hay que reimpulsarse para la segunda mitad.
-Pues venga, autoevalución.
-Hay cosas en las que hemos acertado y hemos conseguido logros. Esta Universidad ha vuelto a coger velocidad, hemos recuperado el papel de protagonista principal en la actualidad de Asturias, para bien. Hemos dejado atrás la imagen de una institución con ruido, con líos. Tenemos una planificación estratégica de la que estamos muy orgullosos. Hemos fijado un rumbo compartido con la comunidad universitaria. Hemos recuperado el espacio que debíamos ocupar en el concierto nacional e internacional de universidades. Hemos recuperado ese papel de referente. Hemos firmado un contrato programa histórico con el Principado histórico. Y estamos resolviendo reivindicaciones históricas del personal de administración... La Universidad de Oviedo está funcionando, aunque en algunas cosas no hemos ido a la velocidad deseada...
-¿A qué no ha llegado?
-Uno, la gestión de la investigación. Estos dos años tenemos que hacer que eso mejore de una manera visible y sustancial.
-¿Qué falla? ¿Falta de presupusto?
-Han fallado muchas cosas. El coste de la energía ha trastocado toda nuestra estrategia presupuestaria. Además, no nos ha beneficiado nada la movilidad permanente de nuestro personal, que hemos heredado de una estrategia de recursos humanos que no era la nuestra. La otra cuestión que tiene mucho margen de mejora es la transformación digital.
-¿Son las prioridades para los próximos dos años: investigación y transformación digital?
-Sí. Tenemos que ser un referente en innovación digital, dotarnos de una estructura de administración electrónica potente, usar la inteligencia artificial para la gestión de muchos servicios, ponernos a la altura de las universidades más avanzadas. Y tenemos que lograr que los investigadores noten de una manera clara que se ha mejo1rado.
-¿Sigue siendo más beneficioso para ellos salir de Asturias?
-Francamente, creo que no. Ahora mismo Asturias es un destino atractivo para investigar. ¿Que aún tenemos dificultades? Sí. ¿Que tenemos que mejorar mucho en la atracción de talento investigador? Sí. Pero la prueba de que está funcionando es el éxito de los programas de recualificación, del María Zambrano, de las becas Ramón y Cajal. Ahora tenemos que tener herramientas para que ese talento que hemos atraido se puedar quedar.
-¿Perjudicó la imagen de la investigación en la Universidad de Oviedo todo lo sucedido con Carlos López Otín?
-Creo que no. Fue una situación episódica que él y su grupo han sabido gestionar, han sido muy honestos en la autocrítica y la reparación de sus errores y su grupo de investigación y el propio Carlos siguen estando en la vanguardia y primera línea de la investigación. Otra cosa es el impacto emocional. Mi sensación es que Carlos ha sufrido una estrategia de acoso y derribo y que, dicho en román paladino, han ido a por él. Es cierto que eso no se ha podido probar...
-Eso le iba a decir. Que al final no hubo conscuencias.
-Llegamos muy tarde. Somos el único equipo rectoral que ha afrontado esto, pero lo hemos afrontado cinco años tarde. Si hubiera ocurrido estando nosotros en el Rectorado, el resultado hubiera sido otro y Carlos se hubiera sentido apoyado y respaldado por la institución de una manera indubitada. Pero estoy muy contento, porque el riesgo que corríamos es que Carlos se desconectase de la vanguardia de la investigación y su estancia en París es la prueba de que no.
-He recuperado una frase de una de sus primeras entrevistas: «Quiero una Universidad amable, con espacios de acuerdo y no de confrontación». En dos años ha pasado de eso a que le insulten por la calle...
-(Rie).
Insultos por Minas
-Así que no sé si lo de la Universidad amable...
-Sí, porque no me insulta la Universidad. Claro que en la Universidad hay discrepancias y desencuentros lógicos. Pero somos capaces de resolver esos problemas, encontrar puntos de encuentro, porque todos pensamos en lo mejor para la institución. Otra cosa es que ciertas violencias verbales tienen efectos colaterales, pero es muy del clima político que se ha impuesto, donde creemos que hacer política es descalificar al adversario. Eso tiene consecuencias insospechadas y las sufro... Pero si la respuesta es que 'si te insultan será por algo'... Me trae ecos de otras épocas que prefiero no rememorar.
-Cuando ya tenía organizado el 'tetris' para el próximo curso, viene el Principado y le dice 'espere, que ahora vamos a poner en marcha el campus del viejo HUCA. ¿Y ahora qué?
-Tal cual. Es verdad que no lo teníamos en nuestro horizonte y, de repetente, el Principado nos da una sorpresa feliz, pero que nos obliga a replantear la ordenación de nuestras infraestructuras. La Universidad tiene un problema con sus infraestructuras, porque no están optimizadas, no hacemos un buen uso y hay alguna que nos sobra...
Infraestructuras
-¿Qué sobra?
-Sí, espacios que no tienen ningún destino universitario, que formaban parte de una lógica más inmobiliaria, de que teníamos que tener mucho patimonio porque nos hace más fuerte. Pero lo que hace es debilitarnos, porque ese patrimonio ocioso, al que nunca vamos a poder dar uso, genera gasto. Y luego tenemos un problema de desordenación. Solo el hecho de tener dispersos los vicerrectorados. supone un gasto anual de 300.000 euros. Así que tenemos que racionalizar las infraestructuras, desprendernos de lo que no sirve y genera gasto y ordenar lo que tenemos para sacar el mayor rendimiento.
-Y en medio, llega El Cristo.
-Tuvimos los reflejos necesarios para adaptarnos. Lo veo en términos positivos: nos permitirá colmar un anhelo de la Universidad desde los años 80, pero sobre unos principios que le hemos transmitido al Principado.
-¿Y que son?
-El primero: nosotros velamos por los intereses de la Universidad de Oviedo. Si haciéndolo ayudamos a solucionar otros problemas y somos parte de la solución, estupendo. Pero no estamos para resolver los problemas de otros. Segundo, esto no es una simple mudanza, es el desarrollo integral de un campus universitario en el sur de la ciudad, donde tenemos la obligación de ofrecer el mejor equipamiento posible, un gran campus innovador, moderno, referente. Y tercera cuestión: lo tiene que pagar el Principado. La Universidad no tiene capacidad económica para afrontar este gran proyecto.
-¿Ya existe ese acuerdo? ¿Está claro quién va a pagar?
-Existe ese acuerdo. De hecho, ya hemos propuesto al Principado un protocolo de intenciones para tenerlo cerrado antes de las elecciones.
-Eso significa...
-Poner negro sobre blanco todos estos acuerdos. Y el Gobierno, y lo personifico tanto en el presidente como en los dos consejeros involucrados, Alejandro Calvo y Borja Sánchez, están de acuerdo con este planteamiento. Es una operación complejísima, pero lo complicado se resuelve con trabajo y ya hemos empezado. Me gustaría lanzar pimero un concurso de ideas. Tenemos claro lo que queremos, pero nos tienen que decir cómo materializarlo.
-¿Ideas arquitectónicas?
-De todo. Tiene que ser un campus impactante y de vanguardia y necesitamos a los profesionales de la arquitectura, del urbanismo, del paisajismo, que nos ayuden a concretarlo. Una vez que elijamos la idea más atractiva lanzaremos la convocatoria del proyecto.
-¿De qué plazos hablamos?
-Estamos ultimando el documento por el cual el Principado solita y cierra con la Tesorería la transferencia y cesión de uso de los espacios, un documento jurídico complejo. Nuestro propósito es poder presentar en otoño de 2023 la idea de campus y tener muy avanzadas las cesiones para poder iniciar en 2024 los procesos de licitación.
-¿Qué características van a marcar para ese concurso?
-No queremos un campus de Julián Clavería para arriba y otro de Julián Clavería para abajo. Tiene que ser todo un campus y el diseño debe dar continuidad desde la Biblioteca de Ciencias Jurídico Sociales hasta Silicosis. Tiene que ser abierto al barrio, a la ciudadanía. Tercero, tenemos que ser referencia en sostenibilidad. Tiene que ser un campus de vanguardia, atractivo y confortable, con buenos espacios, bien equipados, moderno. Compensar la penuria en la que están los compañeros y estudiantes en el campus centro.
-¿De qué plazos hablamos?
-Lo óptimo es que todo estuviera ultimado en 2030. Que en 2030 se viese el campus. Tenemos que ir rápido. Es nuestra obligación como Universidad: meter velocidad a todos los procesos.
-Dice que el dinero no depende de ustedes pero ¿hay cifras? Es una inversión millonaria.
-Multimillonaria. Pero no hay cifras. Primero vamos a diseñar lo que queremos y luego vemos lo que cuesta. Siempre hacemos las cosas al revés, ponemos el dinero y luego vemos qué podemos hacer con eso. Yo quiero un proyecto sin condiciones.
-Y el Principado está dspuesto a ese 'sin condiciones'?
-Yo creo que sí, porque ha entendido la envergadura del proyecto. Es muy potente, le va a dar un empujón tan grande a nuestra investigación, a nuestra formación, generar unas sinergias de una potencia tan grande... que el Principado ha entendido que es un proyecto a largo plazo pero con unos retornos para Oviedo y para la sociedad asturiana increíbles.
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