¿Cómo actúan los bares asturianos ante un caso de violencia sexual?

Ninguna agresión sexista, de la gravedad que sea y en todas sus manifestaciones, debe ser tolerada. Partiendo de este principio básico, la dirección general de Igualdad del Gobierno del Principado ha elaborado un Protocolo de Prevención y Actuación frente a la Violencia Sexual contra las Mujeres en espacios de ocio nocturno. Iniciativa que cuenta con la implicación del sector hostelero y a la que se han adherido hasta la fecha 34 establecimientos de Asturias.

Este verano recibían la correspondiente acreditación tras partipar en unos talleres de formación específica promovidos por el Instituto Asturiano de la Mujer. Dicha actividad, organizada con la colaboración de la patronal de la hostelería Otea y de la asociación empresarial Asturias de Noche, se celebró en período vacacional para redoblar los esfuerzos de cara a las fiestas estivales. De impartir estas jornadas se ocupó Carmen Ruíz Repullo, socióloga de la Universidad de Granada que está especializada en violencia de género en adolescentes y jóvenes.

«Existe cierto temor en el sector a que se identifique el ocio nocturno como un espacio hostil. Pero yo creo que adherirse a este protocolo es un elemento de tranquilidad que los distingue positivamente», sostiene esta doctora en Sociología, que ofreció al personal de los 34 negocios inscritos en estas sesiones formativas una serie de pautas sobre cómo prevenir, detectar y actuar frente a un caso de violencia sexual contra las mujeres.

¿Y qué debe hacer el sector hostelero? «Pues, por ejemplo, no organizar fiestas con entrada o copas gratis para las mujeres como gancho; cuidar la música que se pone; tener unas exigencias de vestimenta para camareros y camareras que no caiga en la hipersexualización...». No obstante, precisa Carmen Ruíz, «lo más importante es que sepan identificar los casos de violencia sexual para que puedan darles respuesta inmediata». Algo que «hay que trabajar mucho» en una sociedad que «tiene normalizado que se le toque el culo a una chica en un bar de copas».

El Protocolo impulsado desde el Gobierno autonómico contempla la creación de un documento de referencia para el personal de los locales de ocio, así como «el expreso pronunciamiento de no tolerancia» ante actitudes y comportamientos machistas. No se trata de denostar el ocio nocturno, ni mucho menos, pero «la realidad es que en el espacio de la noche se permiten licencias en cuanto a violencia sexual que no deben tolerarse. Con la excusa de que alguien lleva cuatro copas de más...Pero nada justifica las conductas de hostigamiento hacia las mujeres».

El objetivo es construir «de forma conjunta» entornos seguros en los que no se mire hacia otro lado ante «la ofensa, intimidación o agresión que, en ocasiones, soportan las mujeres» cuando salen de fiesta. Desde la dirección general de Igualdad se tiene el convencimiento que «la respuesta de rechazo de quienes poseen, regentan, dirigen o trabajan en espacios de ocio nocturno servirá para prevenir, disuadir y eliminar los comportamientos sexistas».

Además de ofrecer formación, el Instituto Asturiano de la Mujer presta asesoramiento al personal de los locales adheridos al Protocolo y lleva a cabo un seguimiento de la iniciativa. Los establecimientos, por su parte, disponen de material informativo sobre conductas sexistas y el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, y se comprometen a evitar cualquier tipo de criterio sexista o discriminatorio, además de reforzar la seguridad en aquellas zonas potencialmente peligrosas, como lugares oscuros o aislados.

Al Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales del Principado se puede recurrir las 24 horas del día. Este servicio ha atendido –hasta el 30 de junio– 685 casos. En 464, las víctimas eran mayores de edad, con una media de 33 años. En los 139 restantes, tenían menos de 18 años. El 74% de las situaciones denunciadas habían sufrido agresión sexual.

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