El ocio nocturno asturiano cierra el puño contra las agresiones sexuales
Asturias de Noche presenta su protocolo que incluye protección a la víctima, retención del agresor, identificación de testigos y taxis cómplices
En el ocio nocturno asturiano no se preguntará por Ángela para poner fin a las agresiones sexuales. Cerrar el puño es la clave elegida por los integrantes de Asturias de Noche para dar la alerta ante una situación de peligro. La misma clave que, hace unos años, se implantó para denunciar una situación de maltrato. La víctima debe cerrar el puño en tres fases: primero se muestra la palma abierta, luego se dobla el pulgar hacia ella y, finalmente, se protege cerrando el resto de dedos. Un gesto que se puede repetir «como si fuera un parpadeo para llamar la atención a la persona a la que se está dirigiendo».
Así figura en el protocolo que Asturias de Noche llegará el lunes al Registro del Principado. Un documento que marca las pautas que seguirán en los locales a los que representa. El personal estará formado en violencia machista y tendrá unas pautas claras a seguir en cuanto vea a una mujer haciendo ese gesto.
Así, indica el documento, «la prioridad será avisar, de inmediato, al jefe de sala o encargados con las palabras 'Activa el protocolo'. De no estar cerca, se notificará al mayor número de personal cercano para ayudar a proteger a la víctima».
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Con el aviso de alerta ya dado, se protegerá a la víctima «aislándola del presunto agresor». Y para no ponerle en aviso, se plantea fingir que se conoce a la víctima «y mandarla entrar en la zona de personal con cualquier excusa, como guardarle el bolso». Paralelamente, el responsable de la sala, que actúa como coordinador del protocolo, «dará aviso a la seguridad privada del establecimiento». Según la situación, «se contactará con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado».
Mientras llegan los refuerzos, el personal de seguridad del local «tratará de identificar y retener al presunto agresor, siempre tratándole con educación y respeto». Se marca la obligación de «no prejuzgar», pero sí distraerle hasta que llegue la Policía. «Serán ellos quien evalúen la situación y actúen según sus procedimientos habituales».
Si, además, se sospecha «de que la víctima tuviera mermada sus capacidades cognitivas por ingesta, voluntaria o forzada, o estuviera en estado de shock, se llamará al 112 para solicitar ayuda sanitaria».
Pero no queda solo ahí la actuación de los profesionales del ocio nocturno en caso de sospecha de agresión en sus locales. «Se identificará a los acompañantes de la víctima, si los hay, y de testigos». A los primeros, «para que puedan acompañar y proteger emocionalmente a la víctima», a ellos y a los testigos, «para que den su versión a la Policía».
Finalmente, si existen cámaras en el local, «se informará a la Policía sobre la disponibilidad de grabaciones», unas imágenes que «se conservarán por si las requiriesen para interponer la denuncia».
Actuación tras activarse el protocolo
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La prioridad será avisar de inmediato al jefe de sala o encargado con las palabras: activa el protocolo. De no estar cerca, se notificará al mayor número de personal cercano para ayudar a proteger a la víctima y al mismo tiempo que alguno localice al encargado. El encargado o jefe de sala debe actuar de coordinador y dirigir todos los puntos del protocolo que a continuación se detallan.
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Proteger a la víctima aislándola del presunto agresor, por ejemplo, una manera sería fingir que es cercana y mandarle entrar en la zona de personal con cualquier excusa como guardarle el bolso o cualquier pertenencia.
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Al mismo tiempo el encargado o jefe de sala dará aviso a la seguridad privada del establecimiento si la hubiere y dependiendo de la situación o si la víctima así lo requiriese, contactará con los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, principalmente con Policía Nacional.
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La seguridad tratará de identificar y retener al presunto agresor, siempre tratándolo con educación y respeto, sin prejuzgarlo y distrayéndolo, hasta la llegada de la Policía Nacional que será quién evalúe la situación y actúe según sus procedimientos habituales y pasando a ser los responsables de manejar situación desde ese momento.
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En los casos en que se pudiera sospechar que la víctima tuviera mermadas sus capacidades cognitivas por ingesta voluntaria o forzada de sustancias químicas o por un aparente estado de shock, sería necesario contactar con los servicios del 112 para solicitar ayuda sanitaria.
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Será también importante identificar a los acompañantes de la posible víctima si los hubiere y testigos, a fin de que la puedan acompañar y proteger emocionalmente a su allegada, o dar su versión a la Policía.
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El encargado informará a la Policía sobre la disponibilidad de grabaciones de las cámaras de seguridad y las conservará por si las requiriesen de interponerse denuncia.
Ayuda al Principado
El registro del protocolo ante el Principado tiene el doble fin de oficializarlo, por un lado, y de pedir, por otro «colaboración para que se implante en toda la región». Paco Fernández, portavoz de Asturias de Noche, asegura que su propuesta «tiene como objeto darla a conocer, pero creemos que el Principado el que debe llegarla a cabo, para que no sea solo cosa de nuestros locales, sino de los de toda la región y no solo de hostelería». Aunque avalan su propio protocolo, están convencidos de que urge «un plan regional, con seguimiento y formación del personal de los establecimientos».
Entiende Fernández que es necesario «involucrar a todos los ayuntamientos, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y servicios sanitarios y de emergencia».
En esa línea, entienden que «la cartelería, las pegatinas y los trípticos informativos» corra por cuenta del Gobierno regional, para tener un diseño común en toda la región, así como ven necesario «un plan de sensibilización», unido a «una campaña mediática que facilite su difusión».
La unidad ante las agresiones la hacen extensivas «a los transportes públicos, para que se bonifique su uso». En un paso más allá, plantean un protocolo específico «para el transporte nocturno de taxi». Plantean que, además del traslado, «esperen a que la pasajera haga un chequeo del portal y dé una señal de 'ok' antes de dar por concluido el servicio». Si no llega esa señal, la propuesta de Asturias de Noche incluye que el taxista «se baje y chequee visualmente que todo está correcto», para evitar a los posibles agresores que buscan la seguridad de un portal para cometer su agresión.
En su suma de peticiones, no olvidan los integrantes de la asociación «involucrar en el protocolo» al sistema educativo, «para que los más jóvenes conozcan el protocolo ya desde la escuela».
Paco Fernández está convencido de que «con formación y concienciación el protocolo será un éxito» y aspira a que llegue un día en que no sea necesario que una mujer tenga que hacer señales de alerta porque está siendo atacada. Ni tenga, tampoco, que llamar a Ángela.
Principado y Otea preparan un protocolo regional antiagresiones
Mientras Asturias de Noche presentaba su protocolo antiagresiones, la directora de Igualdad, Nuria Varela, se reunía con la principal patronal turística para hablar de un protocolo regional de prevención y actuación frente a casos de agresión o acoso en los locales de hostelería. El presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, y el vicepresidente Javier Martínez solicitaron el encuentro, continuidad de un primer contacto mantenido dos años atrás. En aquel momento, la pandemia hizo imposible avanzar sobre un protocolo que la directora general quiere poner en marcha «lo antes posibles». Según explicó Nuria Varela, «no existe ningún protocolo oficial en ninguna comunidad autonóma, aunque sí los hay a nivel municipal». Asturias sería, si el ritmo impreso por Varela se mantiene, la primera autonomía en poner en marcha un protocolo específico. «Los protocolos que se conocen son diseñados para grandes salas, en Asturias necesitamos adaptarnos a la hostelería que tenemos». Aseguró que desconoce el protocolo de Asturias de Noche «a mí nadie me ha llamado ni me han presentado nada» y destacó la «total disposición» por parte de Otea, cuyo presidente ratificó que «queremos trabajar en conjunto». Recordó él que la primera vez que se habló del protocolo «estábamos en plena pandemia y la situación del sector era muy dura». De lo hablado con Varela, destacó Álvarez Almeida «la gran profesionalidad del equipo», así como «las necesidades que nos plantearon, como la mayor iluminación en los aseos y los itinerarios hacia ellos, que son donde se producen la mayoría de las agresiones». Asimismo, explicó que es necesario «un plan de formación y sensibilización en el sector» para que los locales de ocio sean siempre locales libres de violencia.