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MIRIAM SUÁREZ
GIJÓN.
Jueves, 10 de febrero 2022, 00:40
Una séptima parte de los médicos que trabajan en el Servicio de Salud del Principado (Sespa) se jubilarán entre este año y el que viene. Sindicatos profesionales y sociedades científicas avisan de que «la sanidad pública asturiana se va a quedar en cuadro», si el Gobierno del Principado no toma medidas urgentes. Aun así, «ya llegan tarde», sostienen. En especialidades como Medicina Familiar y Comunitaria, Anestesiología, Radiología o Anatomía Patológica, la necesidad de encontrar relevo generacional es acuciante.
El Sespa tiene en plantilla unos 3.200 médicos, de los cuales 433 se jubilarán entre 2022 y 2023: 160 en Atención Primaria -el 37%- y el resto en atención especializada. El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, aseguró el pasado martes en la Junta General del Principado que «hacemos grandes esfuerzos» por remediar las carencias de personal sanitario y «estamos trabajando en una campaña para captar profesionales de fuera». El Principado trajo el año pasado de otras comunidades autónomas a 16 facultativos.
El presidente del Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), Javier Alberdi, considera que «difícilmente van a conseguir atraer personal con las condiciones laborales que hay en la sanidad pública asturiana». Y hace una descripción del panorama. «En Asturias, la hora de guardia está congelada desde 2009 y, en cuanto a la carrera profesional, nos tuvieron doce años sin ella». El Principado recuperó a finales de 2021 esta retribución, que reconoce méritos y años de servicio, pero «se niega a replantearse el recorte del 12% que nos aplicaron en 2010». En definitiva, «cobramos menos que en otras comunidades, y ya no hablemos de otros países».
La cuestión es que, en los centros de salud, hacen «mucha falta» médicos de familia y pediatras. Y, en atención especializada y hospitalaria, anestesistas, urólogos, otorrinos, ginecólogos y especialistas en Anatomía Patológica y Radiología. «No solo hay que tener en cuenta las jubilaciones que tenemos por delante, sino el histórico de estos últimos años», puntualiza José Antonio Vidal, al frente de la sección de atención especializada del Simpa.
Según ese histórico, «en Asturias se jubilan unos 200 médicos por año, sin que el Principado cubra todas esas bajas» y, por tanto, «las necesidades de profesionales se van acumulando». Actualmente, no hay suficientes plazas de residente en formación (MIR) para cubrir las crecientes necesidades de la sanidad asturiana, especialmente en momentos tan excepcionales como los vividos estos dos últimos años de pandemia por coronavirus.
Pero, además, «Asturias tiene que hacer frente a una triple competencia: la de otras comunidades con mejores condiciones; la de otros países, donde se cobra más y no existe tanta sobrecarga de trabajo, y la de la sanidad privada, que también ofrece condiciones más favorables». El Principado es de las pocas regiones donde existe exclusividad y los médicos del Sespa no pueden ejercer en consultas o clínicas privadas. «Y está entre las cinco comunidades que menos paga por hora de guardia», subrayan desde el Simpa. Para mostrar su malestar, el sindicato ha solicitado la reprobación parlamentaria del consejero de Salud.
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