«Se puede superar la vecería del manzano con trabajo en las fincas y con racionalidad»
«En Asturias hay sitio y demanda para plantar al menos 1.000 hectáreas más de manzano que las que están plantadas»
«Un sector clave en Asturias está en riesgo. Garantizar la producción de manzana de Asturias pasa por modernizar el primer eslabón de la cadena, el más débil». Es la lucha de Daniel Exner, el emprendedor astur-riojano que, a caballo entre Gijón y Llanera, se ha propuesto que su finca de manzanos, de algo más de 30 hectáreas, sea rentable. Una aparente obviedad, pero que pasa por producir más manzana por hectárea (reduciendo los marcos de plantación) y cuidar los árboles para vencer la vecería.
Acaba de finalizar su temporada de cosecha y sus números son incontestables. 305 toneladas con 9.000 árboles en producción de los 15.000 que tiene plantados. Entre 16 y 17 toneladas por hectárea, cuando la media de las plantaciones de manzana de sidra es de algo menos de diez toneladas. Y está vendiendo esa manzana a cerca de 42 céntimos por kilo.
Afirma que comienza a vencer a la vecería. Al menos, en una de sus fincas, una hectárea experimental de la que «han salido este año 21 toneladas, 21 el año pasado y el anterior impar, 25. Pero esas cuatro toneladas que faltaban estaban en el suelo, porque este año ha habido una maduración muy temprana que ha echado manzana al suelo muy pronto».
-¿Y cómo se vence a la vecería?
-Se puede, con trabajo en las fincas y con racionalidad. Igual no al 100%. Hace poco estuve en una conferencia de un técnico de Gerona, que explica que la manzana de mesa también tiene vecería, pero que la están venciendo racionalizando los marcos de plantación (las distancias a las que se plantan los árboles unos de otros), con tamaños razonables y con aclareos que funcionen. En la DOP Sidra de Asturias el marco mínimo de plantación es de 5 metros por 2, nosotros estamos plantando algo más intensivo, a 4,5x1,5, y el año que viene vamos a plantar a 4x1,2. Eso son unos 1.600 árboles por hectárea. De hecho, la DOP de los vascos permite 4x1,2 y 4,5x1, más intensivo que en Asturias, sin un eje vertical único, sino torcido, en 'V', con lo que salen más ramas para una producción más intensiva. Yo, de momento, estoy usando eje vertical. Y cuidados a los árboles. Un ejemplo: solo para el gusano de la manzana hacemos cinco o seis tratamientos por año. Si no lo haces, te puede tirar al suelo la mitad de la cosecha.
-Eso será caro.
-A ver. Lo es implantar los nuevos sistemas de plantación, pero están demostrando que son fiables y seguros, que permiten controlar y mejorar la producción. Los tratamientos son eficientes; nosotros gastamos 800 euros por hectárea cada año, 400 en abonos y 400 en fitosanitarios para el cuidado del árbol durante todo el año: cobre, potasio, nitrógeno, fitosanitarios contra los hongos. Pero es necesario para llegar a las 16 o 17 toneladas por hectárea en las que estamos, con el objetivo de llegar a 20 de media en toda la finca. Y, por cierto, nadie ha respondido aún a la cuestión de a partir de cuántas toneladas por hectárea baja la calidad de la manzana.
-Cambiar los marcos de plantación imagino que conlleva mucho rechazo de productores que tienen márcos menos intensivos. ¿Tiene rechazo en la DOP?
-La directora general de Desarrollo Rural (Begoña López) ha visitado la finca hace poco y ha visto lo que hacemos. Yo he enviado una carta a la Denominación de Origen Protegido Sidra de Asturias para que estudie admitir más flexibilidad en los marcos de plantación. Tengo claro que dirán que no, pero espero que aporten un razonamiento sobre la decisión que tomen, porque eso sería útil. ¿Receptividad? Está por ver, pero la petición se hizo hace dos meses y aún no han respondido, y a mí la DOP me ha visitado y ha reducido las fincas que admiten de 20 hectáreas a 13. Yo insisto en que el futuro del sector pasa porque sea rentable producir manzana en Asturias, y eso se hace con productividad, de forma que los costes fijos de cada finca supongan un porcentaje menor respecto a la venta de la producción.
-Y por garantizar manzana a los llagares.
-Sí. Es que en un año impar, de los buenos, no van a llenar sus bodegas. Hay que saber de dónde están trayendo manzana y mosto, porque hasta en Francia se les ha cerrado el grifo, porque Agrial también ha tenido problemas de producción este año. El año que viene, los llagares van a estar vacíos y trayendo manzana que no querrán traer. Los modelos de producción actuales ya están caducos y se alejan mucho de la rentabilidad. La DOP tiene que ser más ambiciosa y valiente.
Al menos 1.000 hectáreas más
-Quiere decir que hay sitio para producir mucha más manzana y que las plantaciones se vean.
-¡Al menos para 1.000 hectáreas más de las que están plantadas! Pero, claro, la media de producción actual por hectárea ronda los 9,5 toneladas, y deberían estar entre 18 y 20 para ser rentables. Y ojo, que no es solo una cuestión de precio. El margen de mejora está en ser más productivos, sin perder calidad. Con más producción por hectárea puede haber rentabilidad para el cosechero y para el llagarero sin necesidad de subir los precios. Lo que no puede ser, como pasa ahora, es que quien visita Asturias y prueba su sidra se pregunte luego '¿dónde están los manzanos?'
-Más producción por hectárea ¿no supone menos calidad?
-No estamos hablando de saturar las fincas. En plantaciones muy intensivas en otros países europeos se llega a más de 60 toneladas por hectárea. Lo que sí convendría es tener un libro blanco de plantación en Asturias, que en función de las características de cada finca indicase cuál sería la mejor opción de plantación, la mejor variedad, el mejor marco, el patrón... Y eso es labor para un técnico, un ingeniero agrónomo.
-Y dice que este año faltó manzana, pese a ser año bueno. ¿Qué ha pasado?
-En nuestra finca la producción ha sido un 15% inferior a la de 2021. Eso es malo porque bajar siempre lo es, pero la media de reducción del sector anda entre el 30% y el 50%.
-Un año catastrófico que ya vaticinaban en verano cosecheros y algunos llagareros. ¿Causas?
-En nuestro caso, la Durona de Tresalí ha fallado en un 33%, y el resto de variedades han estado entre un 10% más y un 10% menos que en 2021. La Durona falló tanto, y lo detectamos ya en la época de floración, porque entonces hubo temperaturas más bajas de lo normal y lluvias, lo que causó un cuajado deficiente de la flor, y entonces ya se vio que iba a pinchar.
-¿Y el resto?
-Nosotros tenemos una estación meteorológica que has visto en la finca. Llevamos cuatro años de registros y aunque se habló mucho de sequía este año, en junio, agosto y septiembre llovió más que en los tres años anteriores, pero las temperaturas han sido muy altas. Dos grados más que la media en septiembre y dos y medio en octubre. Eso es muchísimo, sobre todo con cinco días seguidos por encima de 30 grados en octubre. Fue demoledor, porque además, con la humedad de aquí, es el caldo perfecto de cultivo para hongos y bichos. Y, además, hubo mucha caída de manzana por maduración prematura.
-¿Entienden los llagareros el debate de la calidad de la manzana en origen? ¿Se trabajan las sidras monovarietales para compensar ácido, amargo y dulce?
-Los hay que sí. Hace ocho años me presenté aquí con ese discurso. En el vino, los enólogos lo primero que hacen es entender bien la fruta, cada variedad, lo que aportan y lo que compensan. Y entonces sonaba a chino, pero ahora todas las ventas que hacemos son de pedidos de una variedad cada vez o de dos, con porcentajes prefijados según lo que quiere cada cliente -nuestros principales clientes buscan, uno, Regona y Durona, y otro, Verdialona y Raxao-. Y los efectos sobre la calidad de la sidra son claros: las mejores sidras, las que se llevan los premios, son el efecto de conocer muy bien las variedades de manzana y lo que pueden aportar, y saber combinarlas correctamente.
