Puente «negro» en Asturias con todas las reservas anuladas y hoteles cerrados

El doble confinamiento del Principado, tanto el perimetral de la región como los específicos de Gijón, Oviedo y Avilés, debido a la pandemia de coronavirus se ha traducido en que, aunque no ha sido decretado un cese de actividad empresarial, «en realidad, estamos todos sin clientes».

Así lo aseguraron a EL COMERCIO la portavoz de la Mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), Ana Soberón; de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur), Adriano Berdasco; de Casonas Asturianas, Noelia Esteban; de la Asociación Profesional de Informadores Turísticos (APIT), David Estévez, y del sector del turismo activo, como Calo Soto. El propietario de la Escuela Asturiana de Piragüismo se mostró muy directo: «Esto va a durar mucho tiempo y lo que necesitamos son soluciones urgentes».

Unas que pasan, como explicó David Estévez, «por el decreto de cese de actividad. Los guías turísticos de Asturias llevamos sin ella desde marzo. Es una situación insostenible». Sobre todo porque, como explica Noelia Esteban, «no sabemos cuándo volveremos a poder abrir». La presidenta de Casonas Asturianas ha cerrado su negocio.

«El año pasado, por estas fechas, tendría la casa llena. Igual que en el puente de diciembre y en las fiestas navideñas. Ahora cierro con la sensación de que no sé cuándo volveré a abrir». Porque, el horizonte más cercano «es después de Semana Santa».

Desde Somiedo, Adriano Berdasco tampoco ve la situación mejor. «Todas las reservas que teníamos se han cancelado. El establecimiento está abierto, pero por la oferta de hostelería para los vecinos. No creo que nadie vaya a aparecer por aquí estos días para alojarse». Desde luego, no lo harán por Cangas del Narcea. Ana Llano, vicepresidenta de Fastur, tiene cerrada su casa. «No porque quiera, sino porque no tengo ningún cliente».

Unasituación común «a todos. Ni podemos recibir a turistas de fuera de Asturias ni, tampoco, a los que protagonizaban las escapadas estos días: los de Gijón, Oviedo y Avilés», explicó Ana Soberón, que apunta «lo peor es la incertidumbre. No saber cuándo va a cambiar la situación».

Una idea en la que abunda el presidente de APIT. «En la reunión con el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, nos dejó claro que la situación está muy complicada. Tanto que, quizá, pensar en turismo no sea posible hasta el verano».

Un verano que, pese a los buenos datos del pasado, «no será suficiente. Como no lo fue este», explica Colo Soto. «No sirvió para compensar las pérdidas del primer trimestre». Unas que «para nosotros acumulan ya ocho meses, porque nosotros y las agencias somos los más perjudicados», lamenta Estévez.