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Rañadorio, sorprendido por las criticas a la pintura de las tallas medievales

Las imágenes pintadas han permanecido en el «anonimato» durante varios meses hasta que «alguien» dio la voz de alarma cuando fueron sacadas en procesión la pasada semana

EFE

Tineo

Viernes, 7 de septiembre 2018, 20:51

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Los habitantes del pequeño pueblo de Rañadorio, en Tineo, han amanecido hoy «sorprendidos» por la repercusión que han tenido las tallas medievales de la ermita casi un año después de haber sido pintadas por una vecina aficionada a las bellas artes.

Las tres tallas de madera de los siglos XV y XVI, una de la Virgen con el Niño y Santa Ana, otra de San Pedro, y otra de la virgen coronada con el Niño Jesús, fueron «restauradas» por una vecina, que les dio una capa de pintura de colores vivos en los que predomina el verde lechuga, el fucsia y el azul añil.

Las imágenes pintadas, que presiden el altar de la pequeña ermita en lo alto de una ladera, han permanecido en el «anonimato» durante varios meses para «orgullo» de los 16 residentes que tiene el pueblo, hasta que «alguien» dio la voz de alarma cuando fueron sacadas en procesión la pasada semana.

Esta mañana, la ermita destacaba entre la niebla mientras los vecinos se dedicaban a las tareas rurales cotidianas, y los periodistas intentaban captar imágenes que ilustraran la polémica restauración.

La autora, que regenta un estanco de tabaco en un pueblo cercano, había declarado que realizó la «restauración» autorizada por el párroco, pero esta mañana, Fabián Fernández, encargado de la custodia del templo, ha insistido en que «en esto el cura no tiene nada que ver».

Visiblemente enfadado por las críticas, ha defendido el esfuerzo de la mujer por «dignificar» unas imágenes que, en su opinión, necesitaban recuperar el brillo que perdieron por el paso del tiempo.

«Estas tallas eran un caborno (castaño viejo a punto de morir); esta mujer con buena voluntad hizo lo que pudo y no se puede comparar con el eccehomo», ha dicho en referencia a la «restauración» que en 2012 realizó una octogenaria llamada Celia a un fresco en Borja, Zaragoza.

Tras la difusión de la noticia sobre una nueva «restauración a lo eccehomo», el Gobierno del Principado de Asturias ha dado órdenes a Patrimonio para que abra dos expedientes, uno informativo y, si procede, otro sancionador.

El consejero de Educación, Genaro Alonso, ha considerado que «el desaguisado es una venganza más que una restauración» y ha recordado que las tallas están protegidas como Bien de Interés Cultural.

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